Es primordial defender los derechos humanos

Cuando en organismos internacionales, como Naciones Unidas, OEA y otras organizaciones, se aborda el trato que se da a los derechos humanos en los países, surge siempre la convicción de que los gobiernos son responsables de cualquier falla que haya en ese ámbito. En cada país esa labor de proteger los derechos humanos está a cargo, particularmente, de organismos dependientes del gobierno, dirigidas por autoridades nacionales. En consecuencia, los ministerios de Gobierno, Justicia y otras reparticiones deberían asumir las responsabilidades, pero no siempre ocurre ello, porque hasta juzgados y equipos de seguridad obedecen órdenes y sugestiones extrañas por influencias políticas, generalmente de sectores del gobierno de turno, para reprimir, en primer lugar, a individuos u organizaciones de oposición coyuntural.
Cuando los entendidos en la materia cuestionan la falta de mejoras que conduzcan a una mejor defensa de los derechos humanos para todos, es decir, sin odiosas diferencias económicas o sociales, las autoridades aludidas aducen que no hay suficiente dinero para ciertos gastos que demanda hacer cambios, por ejemplo, para que la vigilancia policial abarque a más territorio y sea plenamente eficaz.
Así, muchos gobiernos se ven obligados a aceptar ayudas y convenios, “vengan del cielo o del infierno”. ¿Qué hacer? Se trata del fenómeno que implica a países ricos que hacen donativos a los pobres para que mejoren en alguna medida sus condiciones de vida.
En nuestro país, el tema de la defensa de los derechos humanos ha sido motivo de frecuentes cuestionamientos, porque no han faltado lamentables casos en los cuales personas han tenido que soportar acusaciones y hasta detenciones prolongadas, sin que les sean comprobados, de manera imparcial y veraz, los delitos por los cuales fueron acusados.
Por otra parte, en las cárceles se observa un hacinamiento cruel de detenidos, sin que, hasta la fecha, haya comenzado un trabajo que es urgente para hacer verdaderamente justicia y establecer la realidad de cada caso. Además, se habla mucho de la reinserción social, pero en nuestro medio parece una utopía, tomando en cuenta que la atención gubernamental, al parecer, está orientada con preferencia a asuntos de naturaleza política.
De cualquier manera y por el lado que se lo vea, el tema de la defensa de los Derechos Humanos es primordial, particularmente cuando las autoridades nacionales constantemente pregonan que vivimos en estado de derecho y en democracia. No deberíamos esperar siglos para que acaben las represiones y atentados contra los derechos que protegen a todo ciudadano.