Es conocido por la opinión pública, según declaración del Ministro de Economía, que el Estado Plurinacional carece de liquidez, es decir que no tiene suficiente dinero para gastos cotidianos. Lamentablemente, los ingentes recursos económicos que el país tenía por la venta de gas a Brasil y Argentina, fueron derrochados por la agrupación política que permanece en el poder desde el año 2016, con un breve intervalo de menos de un año de gestión de un gobierno transitorio. Por otra parte, los yacimientos gasíferos están casi agotados, sin que el régimen masista haya podido encontrar otros de similar magnitud para evitar una crisis económica como la que se observa hoy.
Por esa razón ahora el oficialismo trata desesperadamente de obtener divisas, vale decir dólares, por lo que ha decidido vender reservas de oro que tiene el Banco Central, pero chocó con que esa operación financiera solo podía hacerse una vez sancionada por el Poder Legislativo, organismo parlamentario donde encontró piedras en el camino y debió ser postergada la aprobación de tal medida. Inclusive hubo demanda para que el proyecto de la Ley del Oro sea retirado del Congreso, debido a que en el proceso de estudio se encontró errores procedimentales y hasta la denuncia de que entre los parlamentarios se estaba haciendo manejos sospechosos, como entrega de “maletines negros” para hacer viable la norma.
Esos detalles son, sin embargo, anecdóticos, de relativa cuantía al lado de otros de gran magnitud. En efecto, una vez promulgada la ley de marras, el Banco Central podría vender reservas de oro que aún tiene esa entidad y como el Gobierno está urgido de divisas, las gaste rápidamente y, como resultado final, el país se desayunará cualquier mañana sin dólares y sin oro, es decir, puede perder soga y cabra.
Y al quedar el país sin oro, habrá vuelto a ser un país colonia de imperialismos oscuros, condicionado a vender materias primas para sobrevivir y con esos dólares dedicarse a importar alimentos, pues, como se sabe, nuestra agricultura poco produce y el pueblo boliviano se ve obligado a consumir numerosos productos que entran al país por contrabando, o los que el gobierno adquiere para venderlos con precios subvencionados.
En esencia, como el Estado Plurinacional no tiene recursos y para obtenerlos venderá el oro, nuestro país –sin oro y sin dólares– pasará a ser objeto de una política colonial, contra la cual ahora se predica en forma continua, mientras en los hechos sucede lo contrario. ¡¡Ese grave problema es el que no ven ciertos gobernantes¡¡
Futuro incierto, sin oro ni dólares
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