La caída de la producción de gas afectó los ingresos del Gobierno, al igual que de los municipios y de gobernaciones, ya que los mismos se redujeron y no llegan a los subgobiernos. Ahora la mira está en la generación de energía eléctrica, pues más del 60% viene de las termoeléctricas, que subió desde el 2000 al 2021. De acuerdo con un análisis de la Fundación Jubileo Bolivia mantiene doble dependencia de los hidrocarburos, energética y fiscal.
Asimismo, sostiene que los atrasos en la entrega de recursos del Impuesto Especial a los Hidrocarburos y Derivados (IEHD), por parte de Impuestos, ponen en apuro a los gobiernos departamentales y a sus proyectos de inversión.
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