Vicente Andrés
Parte II
La purga del profesorado de la Universidad, en general, comenzó durante la Guerra Civil y se acentuó en la posguerra. En Madrid fue especialmente significativa. En la década de los cincuenta empezó a atenuarse, sin que variase mucho la línea ideológica dominante; sin embargo, empezaban a volver algunos exiliados y repuestos algunos catedráticos, gracias a la intervención de Laín, como Arturo Duperier ―discípulo de Blas Cabrera― que se reintegró a la Facultad de Ciencias; José Casas a la cátedra de Patología General en la Facultad de Medicina y el anatomista Francisco Orts Llorca [1]; buscando que la Universidad recobrase el prestigio perdido.
Los sucesos ocurridos en febrero de 1956 marcan el inicio de una creciente toma de posiciones de los estudiantes universitarios frente al régimen de Franco. Hubo unos precedentes que hay que reseñar y unas consecuencias que dieron lugar a sucesos en la siguiente década y que no cesaron hasta casi el final político del franquismo. Fueron una serie de disturbios, ocurridos principalmente en Madrid desde el 1 al 9 de febrero.
La situación se repetía veintitrés años después de los sucesos de San Carlos, el propio Pedro Laín Entralgo ―a la sazón rector de la Universidad Central de Madrid [2]― relata: «El recuerdo de don Blas Cabrera, a quien en aquellos mismos lugares había visto peloteado en 1931, vino automáticamente a mi memoria» [3].
¿Qué situación se estaba dando para que volvieran a la mente del profesor aquellos lamentables sucesos de la Facultad de Medicina?
Los precedentes: En 1954, tras un viaje de la reina Isabel II de Inglaterra a Gibraltar, el SEU [4] convocó una manifestación ante la embajada inglesa que fue reprimida violentamente por la policía. Al día siguiente, los alumnos de Derecho y de Ciencias Políticas se rebelaron contra el SEU, justificadamente, de modo masivo, por ser «convocados y golpeados». Encerrados en el Caserón de San Bernardo [5], Laín tuvo que proteger al jefe del SEU de la masa estudiantil enfurecida. Llegó la policía y todo se complicó aún más; un estudiante herido de bala. La intervención de Laín, prometiendo la evacuación del edificio, hizo que no hubiera más represalias.
Las consecuencias de estos acontecimientos fueron el desprestigio del SEU, por parte de los propios opositores, ligados al Partido Comunista de España (PCE), que plantearon luchar contra el sindicato desde el interior del SEU. Y, por otra parte, Laín perdió su fama de independiente, al defender la postura oficial, pero empezó a apoyar posturas estudiantiles que quedaban fuera de los cauces oficiales del SEU, como «el homenaje a Ortega, o la autorización de la celebración de los Encuentros de la Poesía y la Universidad, y del Congreso de Escritores Jóvenes» [6].
Estos sucesos de 1956 afectarán a la Facultad de Medicina, como al resto de la institución universitaria por segunda vez en el Siglo XX, aunque en esta ocasión fueran las dos facultades citadas en el párrafo anterior las principales protagonistas. Pero en la Facultad ocurrieron unos lamentables hechos que preludiaban, al margen de la cuestión política, un descontento general entre los estudiantes, que se descubrieron dos años antes, esto es, en 1954. En 1955 fue nombrado decano el ginecólogo y futuro Director General de Sanidad Jesús García Orcoyen, que lo fue hasta 1960.
Como consta en el Archivo General de la Universidad Complutense de Madrid, se tuvo noticia de que varios profesores vendían los aprobados. Parece ser que se organizaban clases particulares, por los que los estudiantes llegaban a pagar entre 200 y 400 pesetas. Los asistentes tenían una probabilidad de aprobar de un 90%, mientras que para los que no acudían a dichos cursillos, tan solo llegaba al 10%. «Con este sistema, los profesores, y también algunos ayudantes, ganaban un dinero extra que, en algunos casos, (…), ascendió a 210.000 pesetas en el curso 1950-51» [7].
En el curso 1955-56, bajo la protección de Laín, se produjeron en la Universidad Central una serie de actos promovidos por estudiantes próximos al PCE y los «Encuentros» ya citados, en los que participó Dionisio Ridruejo, entre otros poetas, por entonces ya claramente enfrentado al franquismo. El 1 de febrero, tras decidir la celebración de un Congreso libre de estudiantes, se difunde un manifiesto fruto de las reuniones celebradas entre Ridruejo, Sánchez Mazas, Tamames, Múgica y Pradera, que dice así:
“Desde el corazón de la Universidad española, los estudiantes de las Facultades y Escuelas Especiales de Madrid” se dirigen “al gobierno de la Nación, a los Ministros de Educación Nacional y Secretario General del Movimiento” para denunciar la humillante situación que no da solución a ninguno de los problemas —profesionales, económicos, religiosos, culturales, deportivos, de comunicación, convivencia y representación— existentes; el carácter clasista de la universidad española y la mediocre perspectiva intelectual. “¡Cuántos catedráticos y maestros eminentes apartados por motivos ideológicos y personalistas!” [8].
Finalizaban pidiendo la celebración de un Congreso Nacional de Estudiantes. Al día siguiente, el SEU quiso apropiarse parte de la iniciativa y crear un contramanifiesto para pedir la creación de un sindicato fuerte y autónomo, expresión de una cierta disidencia, que veía en el manifiesto la vieja doctrina de la revolución nacional-sindicalista aún pendiente [9]. Pero cinco días después el mismo SEU entró en la Facultad de Derecho suspendiendo la elección de los delegados del tercer curso y provocando los primeros enfrentamientos entre universitarios. Laín volvía ese día de Salamanca y conoció, por teléfono, lo sucedido; a media tarde estaba en el Rectorado, tras lo ocurrido el siete y el ocho, dimitió como rector, dejando a la vez su «residual adscripción a la Falange» [10]. Y así opina sobre lo ocurrido:
Como entre nosotros tantas veces ocurre, y más cuando una de las dos partes de la discusión considera intocables sus prerrogativas, las lenguas dieron paso a las gargantas y a los puños; pronto, pues, los pasillos de la planta baja del edificio de San Bernardo y la amplia escalera que desde ella conduce a la alta se convirtieron en campo de Agramante [11].
Lo siguiente, la invasión del edificio por individuos con camisa azul, ajenos al ámbito universitario, armados, arremetieron contra estudiantes y enseres. Torres López, decano de Derecho y Laín se opusieron a ellos, consiguiendo que abandonaran el edificio, eso sí, cantando el «Cara al Sol». Como consecuencia, los estudiantes aporreados asaltaron los locales del SEU. Se repetían los sucesos de 1954, de los que las autoridades poco aprendieron. El nueve de febrero, era la celebración del habitual homenaje falangista a Matías Montero ―estudiante de medicina, falangista y uno de los fundadores del SEU, que había muerto asesinado por un miembro de las Juventudes Socialistas en 1934 [12]―, los enfrentamientos pasaron de la Universidad a la calle Alberto Aguilera, donde al SEU se le unió el Frente de Juventudes. Acabó interviniendo la policía y un disparo hirió en la cabeza a Miguel Álvarez, miembro del Frente de Juventudes, pero no estudiante. Sobre esto, Laín afirma: «Yo sé que los estudiantes disconformes no iban armados». Ante la posible muerte del herido, grupos de Falange organizaron una «noche de los cuchillos largos» [13], preparando armas y listas, si el citado joven moría, lo que finalmente no ocurrió.
La Junta de Gobierno de la Universidad de Madrid suspendió las clases en todas las Facultades y el Gobierno también suspendió, el 10 de febrero, dos artículos del Fuero de los Españoles en toda España, durante dos meses. Ruiz-Giménez es cesado el 16 de febrero.
NOTAS
[1] Laín, P. (1972). Descargo de conciencia (1930-1960). Barcelona: Barral, p. 399.
[2] Laín fue rector de la Universidad Complutense desde 1951 a 1956, cargo para el que fue nombrado por el entonces ministro de Educación Nacional, Joaquín Ruiz-Giménez (Descargo de conciencia (1930-1960). Barcelona: Barral, p. 395). Una época de un cierto aperturismo en el ámbito educativo, lo que supuso una reacción por parte de la Falange y algunos sectores del Opus Dei.
[3] Ibidem, p. 404.
[4] Sindicato Español Universitario. De ideología fascista, fue creado en 1933 por la Falange y disuelto en 1966. Los sucesos de 1956 provocarían una gran crisis en esta organización sindical.
[5] Sede de la Universidad Central hasta 1956. En la fecha de los sucesos, las facultades de Derecho y Políticas estaban allí ubicadas.
[6] Fernández-Montesinos, A. (2009). «Los primeros pasos del movimiento estudiantil». Cuadernos del Instituto Antonio de Nebrija,12/1, 13-31, p. 14, nota 8.
[7] Ibidem, p. 19.
[8] Ibidem, pp. 19-22.
[9] Ibidem, p. 22.
[10] Laín, P. (1976). Op. cit.p. 419.
[11]Ibidem.
[12]Box, Z. (2008). La fundación de un régimen: La construcción simbólica del franquismo. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid, p. 127.
[13]Laín, P. (1976). Op. cit., pp. 421, 422.
Dr. Vicente Andrés, Doctor en Medicina, Diploma Superior en Bioética y Máster Universitario en Filosofía Práctica.
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