domingo, septiembre 29, 2024
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Educación Tecnológica, la Biónica

Dafneé Nataly Sossa Tintaya

 

Como políticas educativas, el gobierno va impulsando y motivando el fomento a la comprensión lectora, la robótica, el pensamiento lógico matemático, el ajedrez y la investigación respecto a la inteligencia artificial. Aparte de ello, temas como la despatriarcalización, lucha contra todo tipo de violencia, alimentación saludable, no al consumo de drogas, educación inclusiva, etc. Temas que deben ser incorporados trasversalmente en los planes de desarrollo curricular, con el propósito de crear en la mente del estudiante la capacidad para diferenciar el bien y el mal. Saber elegir siempre lo bueno, pidiendo a los padres un cercano acompañamiento a sus hijos, en el campo vocacional, para que elijan, sin temor a equivocarse, la profesión a la que más inclinación tengan.

En los últimos años, se ha ido acentuando la enseñanza de la robótica, inicialmente como juegos recreativos, sin embargo, gracias a la iniciativa de sus inventores, se le han dado aplicaciones tecnológicas, como los brazos hidráulicos, mecánicos, construcción de equipos tecnológicos y agrícolas, mostrando un futuro promisorio, donde gracias a la ciencia se va reemplazando el esfuerzo humano por la máquina.

El presente artículo se refiere a la incorporación de la “Biónica”, en temas curriculares. Esta unidad temática, inicialmente se la mostraba en obras de ciencia ficción, como “El hombre biónico”, Mad Max, películas cuyo argumento muestra al hombre como el mayor depredador del medio ambiente y que por ello tiene que pagar las consecuencias. Estos argumentos han servido para que la robótica sea un medio para reemplazar el esfuerzo humano por los equipos tecnológicos, en forma de robots. La carrera específica que se ocupa de ello es la Ingeniería Mecatrónica, como una rama multidisciplinar que combina la mecánica, electrónica, informática y la ingeniería de control.

Podemos definir a la biónica “como la ciencia que intenta resolver problemas de ingeniería utilizando como inspiración a los organismos biológicos”. El experto Rafael Carvallo Domínguez, del Departamento de Tecnologías Avanzadas del Instituto Politécnico Nacional de la ciudad de México, menciona que, ante un problema de ingeniería, estudiamos cómo los organismos biológicos resuelven un problema similar en la naturaleza y aplicamos dicha solución a nuestro problema de ingeniería. Esta solución puede ser en diferentes niveles, por ejemplo, puramente estructural o funcional, o podrían cumplirse ambas al mismo tiempo.

Para explicar esto, mencionamos por ejemplo una prótesis. Una prótesis sustituye la función de alguna parte del cuerpo. Cuando se amputa una mano, es posible colocar una prótesis que sea únicamente estética, puede ser que no tenga algún nivel de funcionalidad más allá de ocupar el lugar de la mano perdida. Esto ayuda a las personas a tener la sensación de contar con la extremidad y le ayuda anímicamente a incorporarse a sus actividades. Por cierto, es una relación estrechamente sicosomática. Por otro lado, podría ser una prótesis funcional, es decir, no tiene propiamente la apariencia de la mano, pero tiene alguna función específica. Esto ocurre con las prótesis denominadas «de gancho». Algunas personas prefieren tener un componente terminal (mano) que sirva, por ejemplo, para su trabajo o actividades diarias.

Finalmente, podríamos tener una prótesis que cumpla con ambas cualidades, que tenga la funcionalidad de la mano y que al mismo tiempo parezca una mano. Estas prótesis incluso han avanzado hacia sistemas más complejos y parecidos a nuestro propio cuerpo, pudiéndose controlar con señales de los músculos, los nervios o el cerebro. También se ha incorporado componentes para estimular al usuario y reestablecer la percepción sensorial, esto ayuda a un mejor control de la prótesis, pues permite percibir objetos cuando interactuamos con ellos. Esto le da la capacidad al usuario de controlar la fuerza con la que sujeta los objetos usando la prótesis.

Aunque una prótesis es un buen ejemplo de un sistema biónico, ya que entre más parecido haya entre el sistema artificial y el biológico, mayor será el grado de funcionalidad recuperada, no son los únicos ejemplos de Biónica. Imaginemos el caso de subir agua a un edificio. Nosotros utilizamos una bomba para subir el agua de la cisterna al reservorio. Para ello, la bomba transforma la energía eléctrica en mecánica. Sin embargo, en la naturaleza hay sistemas que realizan la misma función. Cuando a mis estudiantes les comentaba la ley de la gravedad, especificando que todos los cuerpos caen, no ocurre lo mismo en el caso de las plantas. Existen árboles de más de 30 metros que deben llevar agua hasta las hojas más altas. En este caso, los árboles aprovechan el principio de capilaridad. En este proceso, el agua pude subir de forma pasiva, es decir, sin gastar energía, por conductos de diámetro muy pequeño gracias a la fuerza de atracción de las moléculas del agua o lo que llamamos la tensión superficial.  Incorporar el concepto de capilaridad en los edificios para subir agua a los tanques reservorios sin gastar energía sería una aplicación Biónica.

Observando los avances tecnológicos, al sistema Educativo Plurinacional no le queda otro remedio que actualizar los contenidos programáticos, posiblemente haya oposición, sin embargo, en esta era de la nanotecnología, no podemos quedar estancados en la física o química del siglo pasado.

 

La autora es Profesora de Matemática en la U.E. Rep. Oriental del Uruguay, La Paz.

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