domingo, septiembre 29, 2024
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Petroglifos colombianos

Hace diez mil años, especialmente en tiempos del período neolítico, los humanos nos comunicábamos a través de petroglifos o grabados rupestres burilados sobre piedras o rocas, como antecedente de los símbolos previos a la escritura, una simbología compleja y difícil de interpretar hasta nuestros días.

Sin embargo, y muy a pesar nuestro, cuanto más avanza la tecnología y la ciencia de la comunicación, existen todavía algunos congéneres que, como el actual presidente de Colombia, Gustavo Petro, Manuel López Obrador de México y nuestros propios mandatarios, que se resisten heroicamente a simplificar su enlace con los pueblos, hacen de sus arengas, piezas ininteligibles, muy difíciles de decodificar.

Por motivos de espacio, y respeto al lector, no haremos ninguna mención a relojes de giro siniestro, al poder afrodisiaco de la papalisa, a las charlas sobre aspiración dirigidas a las tropas venezolanas que ingresaron al país, o al himeneo que los blancoides deberíamos celebrar con las señoras de pollera, menos, por supuesto, a ninguno de los países o imperios que derrotamos en cruentas guerras pasadas.

De ahí que, en esta oportunidad, sólo nos dedicaremos a los recientes dislates del presidente colombiano, Gustavo Petro, quien, en una de las representaciones más genuinas del arte rupestre oral, en un discurso en Alemania expuso una propuesta de creación de un fondo de financiamiento que se encargue de recaudar recursos destinados al Ejército de Liberación Nacional de Colombia, que tanto dolor y  muerte ha ocasionado a los colombianos,  para que esta banda deje de secuestrar, extorsionar y cometer actos terroristas.

Conociendo la característica e idiosincrasia de los teutones, dedicados al trabajo y al sacrificio, es fácil suponer la enorme incredulidad y estupefacción que dicho petroglifo pudo haberles ocasionado, ya que semejante proposición significaría, algo similar, como servirle filetes al gato, para evitar que se coma a los ratones.

Estamos seguros de que, tanto el canciller alemán, Olaf Scholz, como la audiencia presente, tradujeron automáticamente esa ridícula idea en una contrapropuesta que consista en la creación de un fondo de trabajo para ese contingente de vagos que creyeron y aplican a cabalidad el guion del Foro de Sao Paulo, hábilmente diseñado por los titiriteros del castrochavismo, que consiste en recaudar dineros mediante el uso del crimen y la violencia, con la única pena de que al fallecer Fidel y Chávez, enredaron los hilos de sus marionetas y los dejaron librados a su suerte.

Ahora bien, utilizando la manida estrategia de tapar las graves acusaciones sobre el dinero sucio utilizado para la campaña que lo llevó a la presidencia, Don Petro no solo lanzó una novedosa, como sugestiva propuesta de legalizar la marihuana, la que está siendo considerada en estas horas en el congreso para su aprobación. De fracasar en este intento, tendrá que volver a echar mano a la historia de los niños perdidos en la selva, ya que falta todavía el extravío del perro Wilson, por esclarecer. En fin, gajes del oficio que ya han ingresado en la serie de prodigios políticos latinoamericanos, como los petroglifos colombianos.

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