La traición, ese acto de infidelidad, ha existido desde que el mundo es mundo. Las tradiciones y la mitología de la antigüedad, los acontecimientos históricos de hace miles de años e inclusive los textos de la mismísima Biblia, relatan y dan a conocer actos de traición en todos los tiempos.
Líderes, reyes, gobernantes y guerreros rebeldes siempre han sido vencidos por la traición de sus propios seguidores y por los encargados de su seguridad personal.
En México, durante la conquista española (1521), fueron los indígenas tlaxcaltecas, enemigos de los aztecas, los colaboradores de Hernán Cortés.
En Perú (1532). Durante otra conquista española, no faltaron también los colaboradores indígenas, entre ellos el famoso Felipillo, intérprete de Francisco Pizarro y Diego de Almagro.
En la época de las sublevaciones (1780-1781), tropas al mando de Mateo Pumakahua con más de diez mil indígenas, lucharon a favor de los conquistadores españoles contra los rebeldes de Túpac Amaru; e inclusive llegaron al Alto Perú (hoy Bolivia) para aniquilar rebeliones aimaras.
EN EL INCANATO
En lo que hoy es Bolivia, lo que se sabe y conoce de las épocas del incanato (o incario), el coloniaje, la República y los tiempos presentes, también, siempre ha existido la traición.
Pero aquí algo no muy difundido: los actos de infidelidad no sólo han sido realizados por hombres de raza blanca o procedentes del mestizaje. Aimaras y quechuas también han cometido actos de traición.
Son numerosos los libros que desde hace muchas décadas dan a conocer hechos que no son revelados públicamente (por conocidos intereses políticos). Entre esa cantidad de autores sobresalen los textos de Boleslao Lewin, Alipio Valencia Vega y María Eugenia del Valle.
EN POTOSÍ
En años finales de 1700, en Chayanta y otras poblaciones, dos de los hermanos Katari (Tomás, Dámaso y Nicolás), fueron traicionados por indígenas y entregados a las tropas adictas a la Corona española para ser ejecutados. Otro fue asesinado por soldados españoles.
EN LA PAZ
En 1781, Julián Apaza (Túpac Katari) y su esposa Bartolina Sisa, también sufrieron traición de parte de sus compañeros de lucha en el sitio a la ciudad de La Paz. Después de ser derrotado en la zona altiplánica, Túpac Katari fue delatado por uno de sus hombres de confianza, el mismo que condujo a los militares hasta una pequeña vivienda donde estaba escondido el líder aimara. Y es muy conocido el triste final de Julián Apaza.
Durante el sitio a La Paz, en el trayecto de El Alto y Tembladerani hacia Pampajasi, Bartolina Sisa fue traicionada por indígenas de su grupo combatiente y entregada a las autoridades que defendían la ciudad.
Después de la Revolución del 16 de Julio de 1809, Pedro Domingo Murillo que estaba escondido en la zona de Zongo junto a su hija Tomasa, también fue traicionado y delatado por un indígena de nombre Cisco Paucara. Los soldados adictos a la Corona española lo capturaron; y conducido a La Paz, fue ejecutado en la horca.
EN IRUPANA
En noviembre de 1809, el ejército español al mando del obispo Remigio la Santa, tenía entre sus filas a más de dos centenares de indígenas, los mismos que vencieron y capturaron en una montaña de Yungas a Manuel Victorio García de la Lanza y Gabriel Antonio Castro para luego degollarlos. Las cabezas fueron exhibidas en pueblos yungueños y en La Paz.
OTROSÍ
Sirvan estos datos para fines consiguientes. Y al que le calce el guante…
El autor es dibujante, escritor y periodista.