viernes, julio 26, 2024
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La crisis alimentaria y grandes importaciones

Hace 17 años el gobierno del MAS-ISPS, presidido por Evo Morales y Álvaro García Linera, ofreció con bombos, platillos y maracas, en su programa de acción a corto plazo la llamada “soberanía o seguridad alimentaria”, pero ese ofrecimiento fue demagógico, pues al presente no tenemos ni la una ni la otra.
Esa contradicción entre las palabras y los hechos es más dolorosa todavía cuando se observa que entre el año 2006 y el año 2016 (en solo diez años), las importaciones de víveres se duplicaron, según el Instituto de Comercio Exterior (IBCE). Esa entidad informó que mientras en el año 2006 el país importó 236.7 millones de dólares, en 2016 se importó alimentos por 583,9 millones de dólares, vale decir que la importación de esos productos se desbocó para atender las necesidades de la población, bajo el gobierno del MAS.
Pero, además, esos datos numéricos son más angustiosos si se toma en cuenta que desde 2016 al presente, las importaciones siguieron subiendo, tanto en volumen como en valor, haciendo un total general muy poco halagador y sin tomar en cuenta el contrabando, que también significa grandes volúmenes de productos introducidos y, ante todo, la fuga de divisas.
En ese sentido, más lamentable es que las importaciones de alimentos subieron de manera notable en lo que se refiere a papa, harina de trigo, trigo, cebada, maíz y otros, favoreciendo así a los productores extranjeros que reciben dólares contantes y sonantes.
Con el supuesto objeto de asegurar la provisión de alimentos, el gobierno sigue aumentando las cantidades de productos de origen externo, así como se hace el de la vista gorda ante el contrabando, pues, si este problema fuera contralado o eliminado, lo único que determinaría sería escasez y alza de precios de productos al consumidor. De tal forma que la situación económica en nuestro país es igual que estar un callejón sin salida y el último recurso es disfrazar la situación con elegantes ropajes y comprando más alimentos del exterior y dejando en acción al contrabando.
En cualquier caso, la crisis alimentaria que sufre el pueblo es producto de la lamentable política agraria que sigue el gobierno, bajo el disfraz de “soberanía alimentaria” a partir de la aplicación de la actual Constitución Política, en lo que se refiere a la economía agraria.
Finalmente, se puede decir que esta crítica situación únicamente se puede resolver con la aplicación de medidas diferentes por parte del Gobierno y de diversas entidades relacionadas con la agricultura, en particular. En pocas palabras, se necesita resolver el problema agrario, pero… ¿quién le pone el cascabel al gato?

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