domingo, diciembre 22, 2024
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Existe una emergencia de la antropología filosófica

Por: Equipo editor

 

Podemos concretar un poco más el contenido de la antropología filosófica diciendo que su tema general, u objeto material, es el fenómeno humano, es decir, la serie de manifestaciones que atestiguan la presencia del hombre.

 

Se considera que su objeto de estudio es el hombre en todas sus dimensiones culturales, en los planos materiales y psíquicos, por lo que abarca varios de sus ámbitos.

 

A esta disciplina le interesan especialmente aquellas manifestaciones que entrañan un cierto enigma o paradoja, tales como el fenómeno del conocimiento científico, de los juicios de valor, de la libertad, de la comunicación interpersonal y de la religión.

 

  1. El problema del fenómeno humano

 

La descripción del fenómeno humano podría tener un carácter meramente narrativo, que no es propio de una ciencia. Anécdotas, cualidades y mitos constituyen también elementos del fenómeno humano, en tanto permanezcan en un nivel empírico carentes de estructura.

 

Cabe recalcar que todos ellos todavía no pertenecen a un cuerpo propiamente científico.

 

  1. El problema del conocimiento

 

El aspecto más enigmático del conocimiento reside en el dualismo y oposición que se da entre sujeto y objeto, el cual desaparece o al menos se oscurece de un extraño modo cuando se da el fenómeno del conocimiento. Es decir, el sujeto se apodera del objeto, lo asimila, lo interioriza en su propio ser, y de esa manera unifica lo que anteriormente parecía como distinto y opuesto. A pesar de todo, el objeto sigue poseyendo una existencia propia que se aparta del sujeto. Por lo tanto, el conocimiento implica una oposición que simultáneamente llega a ser una unidad.

 

  1. El problema del valor

 

Emitir un juicio de valor implica interpretar y apreciar al objeto, en este sentido pueden existir un sinfín de valoraciones respecto al mismo objeto, por lo que esta problematización inicia con preguntas como: ¿Por qué difiere tanto la gente, al valorizar las cosas?, ¿qué es lo que origina un juicio de valor? ¿Cuál es la condición de posibilidad del valor?, ¿qué hay en el hombre, en virtud de lo cual se da un juicio apreciativo de las cosas, pero que, por lo general, suele diferir del juicio emitido por otra persona ante el mismo objeto? ¿Los valores son subjetivos u objetivos? Estamos frente al famoso problema del relativismo axiológico. Cada persona y cada época se ha caracterizado por una serie de juicios de valor, cuyo origen suele permanecer en la incógnita. A la antropología filosófica le interesa el estudio de las condiciones de posibilidad del ámbito axiológico.

 

  1. El problema de la libertad

 

No es raro encontrar personas que niegan la libertad y aun su posibilidad en el hombre. Según ellos, el hombre está determinado por los estímulos externos y por toda una serie de condicionamientos que imposibilitan la libertad y la colocan en un plano de mera ilusión. Sin embargo, la lucha por la libertad y la sensación de libertad conseguida en algunos casos son fenómenos que se repiten en la historia humana. En consecuencia es necesario el análisis de la situación, con el objeto de esclarecer cuál es la condición de posibilidad de esos fenómenos. ¿Puede el hombre liberarse de las trabas internas de su conducta?, ¿es lo mismo libertad y espontaneidad?, ¿siempre es ilusoria la sensación de libertad?, ¿es previsible la conducta humana? Si se llega a una raíz profunda del fenómeno de la libertad, se podría dar una respuesta satisfactoria a las preguntas anteriores.

 

  1. El problema de la ciencia

 

Si las cosas son singulares y contingentes, ¿cómo es posible la existencia de una ciencia que trata de lo universal y lo necesario? Aquí tenemos un planteamiento acerca de lo enigmático que resulta la posibilidad de la ciencia. Con lo anterior se conecta el problema de la validez de la inducción científica; o sea, el origen y el valor de las generalizaciones.

 

También se puede plantear el problema de la certeza: ¿A qué se debe que el hombre se establece en resultados aparentemente definitivos y enseguida corrige la plana y establece nuevos puntos de vista en los cuales confía nuevamente como algo permanente?

 

¿Hay verdades eternas?, ¿hasta qué punto es ilusoria la certeza adquirida con el pretendido rigor científico?

 

  1. El problema de la comunicación interpersonal

 

Dado que los signos del lenguaje son convencionales y arbitrarios y no producen por sí mismo el significado asociado, ¿cómo es posible una comunicación de significados? Dicho de otro modo: ¿Cómo es posible una verdadera comunicación entre dos personas, dado que cada una posee un mundo interno de significados, los cuales, por esencia no pueden ser transmitidos, pues lo trasmitido en todo caso son signos (no significados) y estos son convencionales, y, por tanto, no llevan necesariamente la idea significada? ¿Qué hay en el hombre, por lo cual se produce el fenómeno de la comunicación interpersonal? ¿Por qué hay tanto desacuerdo y tanta dificultad para comprender el pensamiento de otras personas?.

 

  1. El problema de la religión

 

El fenómeno religioso es común en cada grupo humano. Casi no hay cultura que no manifieste ese fenómeno con especial relevancia. Ante esto surge la pregunta: ¿A qué se debe esa tendencia del hombre hacia un ser que llama absoluto, creador, infinito, y con el cual pretende establecer contacto como de hijo a padre?

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