Jennifer Lawrence es una de las actrices más aclamadas y populares de su generación, pero siempre pensó que su propia filmografía echaba de menos esa película que no se parece a ninguna otra. “Siempre quise hacer comedia. Pero no había hallado la propuesta correcta”, dice Lawrence. Y ahora, ella misma está guiando el retorno de las comedias para adultos a las salas de cine.
Para Lawrence, el placer estribaba en “poder hacer algo distinto… un género diferente, con escenas divertidas y diálogos ridículos. ¡Esto sí que me emocionó! El rodaje, realizado junto a un elenco brillante e hilarante, supuso una tremenda fuente de diversión”.
El proyecto despegó cuando Lawrence y su amigo, el escritor-director Gene Stupnitsky, conversaron acerca de las ganas que tenían de crear algo conjuntamente. Stupnitsky, antiguo coescritor principal para “The Office” y escritor/director de la exitosa comedia Good Boys, buscaba ya su próximo proyecto. Cierta noche, durante una cena, Lawrence le preguntó a Stupnitsky acerca de lo que traía entre manos, y él le compartió su inspiración: un auténtico anuncio en Craiglist que los productores Marc Provissiero y Naomi Odenkirk habían hallado. Un padre sobreprotector había publicado un mensaje en el que buscaba a una mujer joven capaz de seducir a su tímido e inexperto hijo- y no sólo para convertirse en su “primera experiencia”, sino asimismo para transformarlo: de nerd preparatoriano a chico universitario versado en los asuntos del mundo. El anuncio prometía una buena suma de dinero por un trabajo bien hecho.
“Esto me hizo reír con fuerza, porque ya habíamos bebido unos cuantos martinis”, dice Lawrence. “Le dije, ‘Escribas lo que escribas, me encantaría leerlo’. Y poco después leí un guion incomparablemente gracioso”.
La razón, dice Stupnitsky, es que todo mundo puede reconocer los cambios generacionales en juego. “Creo que algunos padres desean sacar a sus hijos de casa a fin de que experimenten aquello que el mundo puede ofrecerles”, dice.
Con el propósito de desarrollar el proyecto, Stupnitsky pidió la ayuda de la productora Alex Saks. “Éste es quizás el desarrollo más íntimo del que alguna vez he formado parte”, comenta. “Ciertos rasgos del personaje de Maddie ya existían incluso antes de que me sumara al proyecto. Y cada vez que leía una nueva versión del guion, sentía que estaba desenvolviendo un regalo. Gene y John no cesan de buscar lo mejor, lo más gracioso, lo más brillante y lo más aterrizado para sus personajes, y por ello este guion es así de bueno- no se conforman con aquello que meramente funciona, sus esfuerzos se encaminan a mejorar las cosas constantemente”.
Stupnitsky formuló una primera pregunta acerca de la escritura de una cinta de esta clase. “Me pregunté, ‘¿Qué clase de padres harían algo así?’ Mi segunda pregunta fue, ‘¿Qué ocurre en la vida de una mujer que responde a ello?’”. Su coescritor John Phillips pensó que valdría la pena “convertir a los personajes en padres sobreprotectores- y en ese preciso instante todo cobró sentido”, prosigue. Con Lawrence en mente, el director y Phil dieron forma al personaje de Maddie, quien, en Hazme el Favor, responde a un anuncio parecido.
“Maddie es generosa, divertida, enérgica y graciosa”, dice Lawrence. “Pero asimismo está desesperada. Necesita salvar la casa de su mamá, pero los impuestos aumentan y la comunidad local ya no puede generar sueldos decentes”.
Cuando la oportunidad con Percy emerge, las dificultades económicas de Maddie han alcanzado el punto de quiebre. Ahora, Maddie cuenta con unos pocos meses para sacar de su concha al nada sofisticado chico de diecinueve años de edad. Si no lo consigue, ella perderá todo aquello que significa algo en su vida. “Está intentando conservar la casa que solía ser de su madre, porque ésa es la única manera de preservar a la vez un vínculo con ella”.
Para contrastar con el cohibido Percy, Stupnitsky y Phillips se esforzaron por crear un personaje a la altura del talento de Lawrence. “¿Cómo haríamos para brindarle esa energía de la que carece Percy?”, dice Phillips. Luego de analizar el desempeño de Lawrence en otras cintas así como su temporada como anfitriona invitada en el programa nocturno de Jimmy Kimmel, Phillips y Stupnitsky visualizaron la conformación de una personalidad para la pantalla. “Nos percatamos de su peculiar energía. Su risa y sus reacciones le son realmente propias. Los tontos no le agradan, y esto es algo digno de verse. Además, irradia cierta agresividad. Nos encantó su camaradería- pero a la vez hay algo terrorífico en ella. A Gene y a mí nos aterra. Todos estos elementos los entretejimos en el personaje de Maddie”.
“Como amigo, Gene pudo notar su ritmo cómico, del que ciertamente no había hecho gala en sus otras cintas”, dice Saks. “En persona es divertidísima. Gene pensó que valdría la pena brindar al público una versión de Jen que sólo sus amigos más íntimos conocían. Cuando por fin vimos su desempeño en el set, todos quedamos convencidos a la primera, pero hasta entonces, nadie más que Gene la había imaginado así”.