Desempleo, problema que agobia a la población

En nuestro país conseguir empleo sigue siendo una ilusión para una considerable cantidad de personas que desean ganar el sustento diario para mejorar sus condiciones de vida y de sus familias. Sin embargo, la realidad actual es que la cantidad de ofertas de empleos formales se ha reducido dramáticamente, debido a varias causas, como la pandemia que ha cambiado el modo de trabajo desde hace algunos años. Nos referimos, por ejemplo, al teletrabajo y el horario continuo, implantados para evitar el riesgo de contagio de Covid-19. Por otra parte, por falta de apoyo gubernamental, por ausencia de seguridad jurídica, por la competencia desleal del contrabando de todo tipo de productos, muchas empresas han tenido que cerrar sus puertas, dejando en el desamparo a miles de empleados.
Hace algunos años, cuando el país recibía enormes cantidades de dinero por la exportación del gas a países vecinos, la población del país pensó que el gobierno de turno crearía nuevas fuentes de empleo y apoyaría a la industria nacional. Pero lo que se esperaba no sucedió, salvo la creación de varias empresas estatales que, hasta el día de hoy son objeto de cuestionamientos porque son deficitarias, sin embargo, siguen consumiendo recursos económicos que deberían tener mejor destino.
Lo cierto es que vivimos en situación de crisis, a pesar de que el oficialismo con frecuencia declara que nuestra economía es sólida y recurre a mencionar cifras que aparentemente respaldan esa afirmación. No obstante, el desempleo es alarmante, si observamos que el número de menores que trabajan ha aumentado, que los lugares donde se fabrica droga proliferan, que cada vez más profesionales salen al exterior. Y que el comercio informal recibe a más gente que con sus escasos ahorros y préstamos de capital se dedican a introducir mercadería de contrabando para revenderla y subsistir.
El país siempre espera la llegada de inversiones, pero esto no es posible debido a que inversionistas nacionales y foráneos esperan que realmente se les otorgue garantías, lo que, si bien figura en papeles, en los hechos la burocracia pone muchos obstáculos a la creación de empresas. Por otra parte, cualquier inversionista huye cuando el gobierno de turno decide imponer variados impuestos y políticas salariales desfavorables, con el establecimiento de bonos, segundo aguinaldo, etc.
Por todo ello, mientras el gobierno asegura que “estamos saliendo adelante”, la población sigue sufriendo por graves problemas, como la falta de adecuada atención en los campos de salud, educación, con un sistema judicial en lamentable estado y sin que se puede disminuir los niveles de desempleo, por la disminución de fuentes de ocupación formal. Mientras tanto, muchos jóvenes, inclusive con títulos académicos, se ven obligados a salir del país en busca de mejores oportunidades. Al parecer las autoridades nacionales no pueden entender que dejar crecer las actividades informales, el contrabando, no es asegurar empleos. Tampoco la población puede vivir con estadísticas poco confiables y que son refutadas por lo que sucede en realidad.