La imposibilidad de adoptar el yuan chino

A raíz de una sugerencia, en sentido de que el patrón monetario boliviano sea sustituido por el yuan chino, se ha producido un fugaz debate en torno a ese asunto de significativa importancia para el país. La propuesta fue respaldada en forma favorable por el Presidente del Estado Plurinacional, aunque recibió la oposición de algunos círculos políticos y financieros.
Ese sistema monetario agitó tiempo atrás a algunos países latinoamericanos, y Ecuador adoptó la moneda norteamericana para su uso corriente y, al parecer, tuvo algún éxito, ya que hasta ahora, en unos treinta años, no hubo cambio al respecto. Por el contrario, cuando en Argentina se propuso ese cambio de moneda, la oposición fue tan fuerte que resultó imposible aplicarlo y el asunto quedó en el olvido. Poco menos que absoluto. También en Bolivia pasó algo parecido.
El asunto de la moneda está muy identificado con la personalidad de un país, de ahí que esa medida sea bastante difícil aplicarla y también lo sería en el caso de cambiar el peso boliviano por el yuan chino, tema que, por lo demás, se ha actualizado a raíz de la escasez de dólares, problema que se va agravando y su solución tardará en llegar, tanto por la crisis económica interna como la internacional.
Sin embargo, en nuestro país el tema es más de carácter político que económico y ha polarizado a la opinión pública, parte de la cual se inclinaría por no hacer algún cambio, y otro sector apoya la sugerencia. En efecto, el asunto tiende a convertirse en un motivo de carácter político, que sería el que determine la solución del problema en debate.
En efecto, la opinión pública observa desde hace algún tiempo, la creciente intervención de China en la economía, finanzas y políticas bolivianas y califica ese proceso como colonización de Bolivia por el neo imperialismo asiático, en sustitución de la dependencia de Estados Unidos. Es más, ante ese dilema, la gente se preguntó de cuál imperialismo convendría depender, del norteamericano o del chino, punto de vista que, en vista de su significado, bien valdría que se resuelva mediante un referéndum o algo parecido.
El problema es más político que económico y la pregunta podría resolverse con un referéndum para preguntar: ¿prefiere usted la dependencia del imperialismo norteamericano o del chino? Por tanto, no queda alternativa posible, pues solo una referencia objetiva de esa naturaleza, podría llevar al país a un cambio de su política monetaria.
De todas maneras, un cambio de moneda de dólar a yuan es aún muy difícil en estos tiempos, ya que, en caso de hacerlo, Bolivia se enfrentaría con la deuda externa que se tiene con otras naciones y bancos, la cual se opera con dólares y no con moneda china. Es decir que, si no aceptaran el yuan en las transacciones, quedaríamos en mora. También habría que interrogarse ¿saldremos así de la crisis estructural que enfrentamos?