domingo, julio 7, 2024
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El comienzo de la caída

Jhonny Vargas

 

El inicio de la caída ha comenzado, el oficialismo con su jefatura bicéfala, está derrumbando los cimientos de su propia estabilidad política interna, ha convertido a Bolivia en un laboratorio de los más inicuos experimentos. Bolivia hoy tiene días de angustia, de dolor, de zozobra y desesperanza porque ha sido atropellada en su institucionalidad. Este gobierno no mide las consecuencias de sus actos, hasta el punto de hacer cerrar un medio de comunicación tan prestigioso como Página Siete, mediante el bloqueo económico publicitario y la presión constante del poder político.

Una clase política decadente donde la mayoría de sus representantes políticos son oportunistas, faltos de valor, faltos de ética, faltos de civismo, faltos de visión, llenos de ambición, en síntesis, unos camaleones ambiciosos de poder. La justicia está poco menos que corrompida, con o sin elecciones judiciales, la realidad nunca cambiará. El Drama actual de la justicia en Bolivia, es quizás uno de los episodios más negros que ha padecido todo el país a lo largo de toda su Historia.

Bolivianos y no bolivianos, porque considero que aquellos que no han tenido el privilegio de nacer en este país, tienen un amor más grande que los mismos hijos nacidos en esta tierra, tienen que comprender que, para luchar contra el centralismo autoritario y el regionalismo separatista, contra el extractivismo explotador (gas, oro, litio, etc..), contra el estancamiento económico producto del narcotráfico, contrabando y avasallamiento de las tierras, hay que hacerlo con estudio, con trabajo con unidad y no peleando entre nosotros mismos.

Bolivia ya está cansada de los politiqueros, vivimos la tragedia que representa la corrupción, la burocracia improductiva, pero esta lección nos servirá para que las futuras generaciones eviten otros dramas, nuevos problemas que serán más difíciles de solucionar. Que la juventud olvidada se haga cargo del país, ¡ojalá Dios lo permita!

Bolivia vive una época negra y tormentosa, el caos y la anarquía institucional, cunden en todo el país, el gobierno quiere imponer atropelladamente y desorganizadamente nuevas leyes ilegales e ilegitimas (Ley del oro, Ley de pensiones etc..), perdido el control de la Asamblea Legislativa Plurinacional, no le queda otra al presidente que gobernar el país a punta de decretazos. Tenemos un gobierno dentro del cual ninguna autoridad es suficiente, todos deberían ser censurados, ninguna ley es respetada, ningún ciudadano en este país está seguro, ningún medio de comunicación puede hacer libremente su trabajo, si seguimos así ninguna institución puede salvarse de esta tendencia abusiva.

Una minoría agresiva e intolerante, tanto en el gobierno central como en la Asamblea legislativa plurinacional, no quiere aplicar la ley, día tras día no se cansan de quebrantar el “Estado de Derecho”, esta minoría política todopoderosa, se olvidó del interés general, solo precautela sus propios intereses. Esta minoría partidista está depravando, está invirtiendo los valores éticos y morales, está destruyendo las instituciones del país y su plan oscuro es atentar nuevamente contra el voto libre y democrático en las próximas elecciones generales 2025. Mientras no exista un padrón electoral depurado, saneado y transparente, no existe posibilidad alguna de ganar una elección limpiamente en este país.

La Asamblea Legislativa Plurinacional, al igual que las asambleas legislativas departamentales, resultaron el peor dolor de cabeza de los bolivianos, por su incapacidad política y su improductividad legislativa, donde muchos representantes políticos de oposición nos han fallado, nos han traicionado, son un gasto innecesario y hoy con las acciones políticas del presidencialismo, como instituciones legislativas ya no tienen razón de ser. El pueblo de Bolivia entero, llora, implora, quiere un cambio, quiere paz, orden, tranquilidad y trabajo. La reacción del pueblo boliviano en las urnas para la elección presidencial 2025 será incontenible, el pueblo no soporta más este abuso de poder.

Necesitamos la Unión de todos los partidos políticos tradicionales, no tradicionales de oposición, de todas las plataformas políticas, de todos los comités cívicos, de todas las organizaciones vivas de nuestra sociedad. Necesitamos renunciamiento de los liderazgos tradicionales, retornemos a los principios que han hecho alguna vez grande moralmente a nuestro país. El descontento por el MAS, cunde entre los mismos masistas, que comenzaron a dividirse, el descontento será aprovechado por la oposición política, sea cual sea, que se reorganizará lenta pero seguramente, hasta dar al país una nueva propuesta política, un nuevo discurso político y una nueva esperanza de cambio, hasta derrotar en las urnas a un poder político desgastado, desorientado y desbandado.

“Esto no se puede llamar Gobierno, no se puede gobernar así, esto no es seguro, ni estable, teniendo tantas razones para un cambio político, en estos tiempos de crisis económica y social es donde nacen los nuevos liderazgos”.

Los enemigos internos y externos de Bolivia, requieren una Bolivia sometida, a su voluntad egoísta, para ello era necesario que Bolivia se redujese al estado en que se encuentra ahora, más sometida, más expoliada que otros países, más desunida en relación a otros Estados vecinos, sin líder, sin orden, vencida por la corrupción, explotada hasta no poder en sus recursos naturales, lacerada por el narcotráfico, asolada por los homicidios, feminicidios, ajustes de cuenta y soportando el accionar del crimen organizado, instalado y operativo en el país. Así Bolivia toda aguanta, toda clase de ruina sistemática.

Pero eso ahora debe acabarse, ahora nuestro deber es ser más Bolivia que nunca, más unida que nunca, en busca de alcanzar un verdadero lugar en la Historia. Reconstruyamos Bolivia sobre las bases de la libertad política, justicia imparcial, respeto a la ley y a los DDHH, a la libertad de expresión, emprendimiento, trabajo innovador y amor a nuestra identidad diversa. Si queremos salvar a Bolivia de mayores peligros, si nuestro propósito es dejar a las nuevas generaciones una Bolivia libre, verdaderamente soberana e independiente, debemos definirnos: ser o no ser bolivianos de verdad. La caída ha comenzado, lo nuevo se asoma tímidamente, pero se asoma, que sea en hora buena.

 

Jhonny Vargas es Politólogo.

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