domingo, septiembre 29, 2024
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Los múltiples caminos del tráfico de drogas

Por más esfuerzos que hagan los países para evitar el transporte de drogas que se realiza en el mundo, esta actividad continúa. Según frecuentes informes pormenorizados, aumenta la cantidad de quienes, de manera voluntaria o por obligación, trasladan paquetes conteniendo drogas o dinero ilícito. Se dijo muchas veces que lo más “duro y pesado es el dinero” que los paquetes conteniendo drogas. Es el dinero que no aceptan recibir los bancos, porque se trata de cantidades que sobrepasan la capacidad de almacenamiento o las formas de gastarlo. Esta simple explicación resulta increíble, pero la realidad sobrepasa a cualquier suposición.
Por ello los traficantes de drogas compran información, seguridad, espacios y hasta “legalidad” con tal de que ese dinero sea aceptado y “lavado”, para que pueda circular libremente, sin que se sepa de dónde proviene, a quiénes sirve, a cuáles negocios, legales o ilegales, es destinado. A pesar de que todo lo que hacen los narcotraficantes para asegurar sus ganancias ilícitas, su descubrimiento y confiscación sería un camino efectivo para combatirlos e impedir que cada vez sean más ricos. Cuando sean decomisados esos montos de dinero mal habido, lo importante, si se decide quemarlos, es hacerlo con la presencia de medios de comunicación para que no queden dudas sobre desvíos de esos recursos económicos por parte de funcionarios. En caso de que se determine destinar cantidades de ese dinero para obras sociales, se requerirá hacer un seguimiento de esas inversiones y brindar informes periódicos al respecto.
De cualquier manera, lo que espera la población de las autoridades es una lucha frontal y eficaz contra el narcotráfico, a fin de evitar que, particularmente, nuestros jóvenes e incluso menores sean atraídos al uso de drogas que causan graves daños a la salud y amenazan con destruir la estabilidad familiar. Por otra parte, se necesita buscar formas para evitar no solo el traslado de drogas, a países vecinos o lejanos, por quienes son conocidos como “mulas”, reclutados por narcotraficantes aprovechando, generalmente, necesidades económicas de quienes se prestan a arriesgar su seguridad.
En cuanto a la materia prima que sirve para fabricar droga, ¿cuántos países estarían dispuestos a la destrucción total de cocales? ¿Quién garantiza que no haya más cultivos y quién sustituye las ganancias de campesinos que viven de los cultivos y nada tienen que ver con los narcos? ¿Los países donde la cantidad de consumidores de drogas aumenta no deberían también intensificar su lucha contra ese mal? Por lo visto, el problema, conforme se profundiza, se hace más intrincado y difícil de solucionar.

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