domingo, julio 7, 2024
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Urge poner fin a decadencia de La Paz

El pueblo paceño, acompañado por la solidaridad de la Nación, ha festejado el pasado 16 de julio el 214 aniversario de la grandiosa insurrección popular que dio principio de manera objetiva a la liberación de los pueblos americanos del dominio colonial, de una monarquía absolutista, formada por la aristocracia española, aliada con la europea para saquear riquezas naturales y mantener en una especie de esclavitud a millones de personas.

Desde entonces, La Paz ingresó en una etapa de progreso que la ubicó en la vanguardia nacional en cuanto a las luchas económicas y políticas de la nación boliviana, y por ello fue considerado como uno de los departamentos más progresistas del país. Sin embargo, tan prestigioso título empieza a declinar. En efecto, desde hace pocas décadas ese proceso de deterioro se hizo casi incontenible, en especial en materia económica y social, pues migraron muchos de sus habitantes progresistas, como obreros y gente de clase media, que se trasladaron a otros departamentos no solo en busca de mejores condiciones de vida, sino para aportar con su fuerza laboral al desarrollo de otras regiones del país.

La deserción de esos sectores sociales no fue el único factor que empezó a provocar la decadencia de La Paz. También hay que sumar la salida a otras regiones de industrias, así como el abandono de la agricultura regional, la conversión de la sede de Gobierno en centro de disturbios sociales, causados por sectores de la ciudadanía que solicitan mejores condiciones de vida a las autoridades nacionales, además, por la declinación de instituciones industriales de gran importancia. Pero, ante todo, ese lamentable proceso que vive La Paz se debe al poco interés de las autoridades nacionales en este departamento, desde hace décadas. Esas autoridades han preferido dedicarse a apoyar con preferencia a otras regiones. Sin embargo, esa postergación del desarrollo paceño ha llegado a un límite que, al parecer, no ha sido visto por las autoridades, que han perdido la perspectiva histórica y económica de este departamento.

El crecimiento intensivo de La Paz empezó a principios del Siglo XX con el resurgimiento de la agricultura empresarial, la instalación de industrias, el florecimiento del comercio, etc., así como por la presencia de ciudadanos bolivianos del interior que aportaron sus iniciativas para fortalecer la economía, la cultura, la educación de nuestro departamento. A ello se debe sumar, el aporte de inversiones extranjeras, así como el establecimiento del cuerpo diplomático y otras entidades financieras en esta ciudad.

Pero esa época de oro de La Paz está acabando y se vislumbra una posible reducción en sus actividades, como la minería y la agricultura, que fueron pilares del desarrollo de este importante distrito de Bolivia. Así mismo, muestran declinación algunas corrientes partidarias que en otros tiempos dieron lustre y brillo no solo a La Paz, sino a toda la Nación. El siglo pasado está lleno de episodios de gran importancia para el desarrollo general del país.

Ahora, otros departamentos florecen merced a la generosidad del pueblo paceño. La Paz felicita a los pueblos del interior que han empezado a progresar y les desea que sigan adelante. Pero los paceños consideran que no debe haber discriminación con La Paz, que no se deje en el abandono todos sus mecanismos de progreso, ni se subestime sus valores sociales, económicos y políticos y, ante todo, los históricos. Y es que el 16 de julio de 1809, es el punto de partida de la escalada de independencia de muchos pueblos para convertirse en naciones que, además, han ingresado en la senda del progreso.

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