sábado, julio 27, 2024
InicioSeccionesOpiniónMaestros nómadas

Maestros nómadas

Oscar Noel Aruquipa Quino

No establecerse en un sitio de forma permanente, trasladándose de un lugar a otro, llegando a lugares recónditos, donde las personas subsisten con lo que pueden, es la vida que un educador debe considerar antes de emprender esta noble profesión en Bolivia.
Observar la vida o el trabajo de un docente hoy se convirtió en una de las prioridades de la sociedad. Pero pocos toman en cuenta que los maestros dejan su hogar, comodidades y oportunidades de superación para poder trasladarse a las unidades educativas que se encuentran alejadas de las ciudades capitales. Tienen que viajar durante horas, incluso días y semanas para llegar a su fuente laboral.
Se puede clasificar a los maestros de acuerdo con el tiempo de viaje y permanencia en las unidades educativas. En este sentido, algunos profesores retornan todos los días a sus hogares, pero otros vuelben cada fin de semana, algunos retornan cada fin de mes, una minoría cada dos meses, y en casos exclusivos solo regresan a su hogar a mediados de año o al finalizar la gestión escolar.
A partir de una a dos horas de viaje, algunos maestros se aventuran a retornar todos los días a sus hogares, pero a partir de tres horas en adelante es casi imposible el retorno, debido a la inversión económica que representa en pasajes y también la carencia de transporte en algunos lugares. Sin embargo, lo más peligroso es que arriesgan su vida al hacer viajes de ida y vuelta a diario.
De acuerdo con esta clasificación, un docente debe prever lo necesario para subsistir en esos lugares, desde la alimentación, la vestimenta y, sobre todo, los materiales que empleará para emprender su noble labor de docencia. Y es que en lugares distantes y rurales no se cuenta con una librería o un puesto de venta donde se pueda adquirir los materiales educativos necesarios.
Un caso extremo de traslado es al distrito educativo de Ixiamas, sector Río Madre de Dios, por lo que un profesor para llegar a su fuente laboral debe viajar desde La Paz a Pando. A donde en flota se llega aproximadamente en tres días, si la carretera está en buen estado, pero en tiempo de lluvia se tarda casi una semana en llegar hasta Cobija-Pando, desde donde los docentes deben trasladarse hasta la comunidad fronteriza de Puerto Chive, que son de seis a ocho horas de viaje. Luego se debe hacer un nuevo viaje a las unidades educativas vía fluvial, durante cinco a doce horas, en los llamados peques (barcazas de agua a motor).

El autor es docente investigador.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES