Nicole Ariana Tellería Suxo
Hablar de filosofía política va mucho más allá de pensar en el amor a la política, sino que ésta se encarga de temas y problemas relacionados al estudio y el análisis de los fenómenos políticos que surgen.
A lo largo de la historia distintos autores escriben sobre ésta y su importancia, sin embargo, no todos estuvieron de acuerdo con ella y fue desvalorada, teniendo así altibajos en momentos determinados.
Esto lo explica de manera clara Bhikhu Parekh, en su escrito titulado “Teoría política: tradiciones en filosofía política”, quien nos dice que en algún momento de los años cincuenta y sesenta se llegó a creer que la filosofía política había muerto, pero en los años setenta y ochenta ésta renació. No obstante, estas concepciones de muerte y renacimiento eran más emotivas para los que crecieron junto al cristianismo.
Se puede decir que los años cincuenta y sesenta fueron de horrores debido a la Segunda Guerra Mundial, pero también de abundancia, ya que varios autores desarrollaron distintas concepciones sobre la filosofía política, entre ellos Michael Oakeshott, quien perfilaba una nueva concepción de la naturaleza de la filosofía política, y Hannah Arendt, quien problematizó el concepto de naturaleza humana y criticó el aporte apolítico de la filosofía política tradicional y abogó por una revisión de los conceptos e hipótesis. También se da un intento sistemático de construir una filosofía política marxista a cargo de figuras como Althusser, Sartre, Habermas y Marcuse, esto debido a que Marx había rechazado la filosofía, esto limitó los recursos teóricos que se podía dedicar a la elaboración de una filosofía política.
La filosofía política pasó por varios escenarios y recibió distintas críticas, las cuales eran tomadas con seriedad por algunos filósofos políticos, siendo que todos concordaban en que su disciplina era tan necesaria como posible, por ello no merecía ser menospreciada.
Hasta nuestros tiempos se suele suponer, antes que conocer realmente el tema. Considero que lo mismo le pasó a la filosofía política, ya que ésta era vista solamente como un campo que se ocupaba de comprender, pero no de realizar los actos como tal.
Parekh también analiza la filosofía política reciente; en los años setenta resalta John Rawls, quien sigue la tradicional filosofía política como disciplina crítica, básicamente normativa y, por lo tanto, práctica. En los años posteriores hubo muchas innovaciones en la filosofía política, eso generó diversos debates, distintas tendencias y visiones de lo que en realidad era la filosofía política. Además, plantea los nuevos retos a los que se enfrenta, como las nuevas formas de entender la filosofía política y la diversidad cultural que tiene cada sociedad.
Es así que, la filosofía política no puede ser solamente singularizadora ni interpretativa, ya que no es posible hacer filosofía de la vida política sin tener conocimiento sobre el hombre y su manera de actuar. El hombre, como todos sabemos, es un ser social por naturaleza y tiene distintas percepciones, por ello no se puede tomar en cuenta una sola concepción de un determinado tema, sino que se debe analizar y criticar todas las opciones.
Como miembros de la sociedad, debemos asegurarnos de que la filosofía política crezca, para tener contribuciones que ayuden al desarrollo y no sea dejada en el olvido, sobre todo en estos tiempos, cuando gozamos de las ventajas del nuevo mundo, debido a que esta rama tan importante no resta, sino al contrario, suma.
Sin duda, la filosofía política es un componente fundamental para el área de Ciencia Política, para la teoría política y por qué no decirlo, para la historia, puesto que se relaciona con distintas áreas y aporta a cada una de ellas. Siendo que, a lo largo de la historia tuvo un gran alcance y hasta hoy sigue creciendo, pero afronta nuevos retos, los cuales debe estar dispuesto a superar, revisando los instrumentos teóricos que presenta y tomando en cuenta todas las concepciones que se tenga.