viernes, julio 26, 2024
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La salud pública sin atención médica

La sociedad boliviana soporta una serie de dolencias sin que existan médicos, medicamentos y dinero para atender tan delicada situación. Algunos son males crónicos, otros son difíciles de curar. Algunos profesionales en medicina consideran que el enfermo se puede curar, pero otros sostienen que el caso sería mortal.
El diagnóstico muestra un cuadro con líneas rojas en ascenso, por dolencias agudas como corrupción, narcotráfico y delitos que han adquirido carácter epidémico y están dando muerte al enfermo en forma lenta, sin posibilidad de mejoría. En cuanto a los casos leves, existe el peligro de que también se vuelvan epidémicos, porque el paciente carece de defensas orgánicas que acaben con sus infecciones. Pero hay algo peor: algunos médicos en vez de atender al enfermo lo han abandonado y han dejado que sus problemas se agraven.
El caso del tráfico de drogas, en especial de pasta de coca y la cocaína es por demás agudo, y el mal de larga data ha mostrado en últimos meses síntomas muy alarmantes, por sus orígenes y efectos. Por ejemplo, el descubrimiento de 480 kilos de cocaína en España, los cuales fueron embarcados en Santa Cruz, con la complicidad de numerosos funcionarios, caso hoy en investigación. Dicho envío tenía valor de más de un millón de dólares.
Días antes, en Argentina cayó una avioneta con un cargamento de droga pura proveniente de Bolivia, por lo que fueron detenidos el piloto y el dueño del vehículo aéreo. La carga de alrededor de 500 kilos de cocaína estaba avaluada en millones de dólares, mientras el Estado Plurinacional se lamenta porque ha dejado de recibir moneda norteamericana para que los comerciantes importen alimentos, máquinas, repuestos, diésel y otros artículos.
Pero el caso más notable se produjo en el puerto chileno de Arica, donde se descubrió que un camión cargado de madera, transportaba también una remesa de cocaína a puertos de Europa. El ilícito producto de origen boliviano habría cruzado la frontera con esa misma clase de cargamento varias veces. La droga bien disimulada entre la madera era casi una tonelada y solo una casualidad hizo que los funcionarios aduaneros descubran su contenido. Los investigadores consideran que esa carga de contrabando solo sería la punta de un enorme ovillo. El precio de ese hallazgo es también de millones de dólares.
Pero al margen de esos inmensos descubrimientos de mercado negro de droga de origen en la coca del Chapare, particularmente, se constata que la producción de esa hoja en Bolivia ha crecido para que cada mes, como, en este caso, se exporte tres a cuatro toneladas de cocaína para su venta en otros países. Por ello los analistas no dudan de que la cantidad de cultivos de coca crece en Bolivia.
Eso pasa hoy con el tráfico de drogas. Otra enfermedad virulenta es la corrupción, en la que están comprometidos varios funcionarios de la administración pública. Otro caso es la violencia, como el caso de un hombre que mata a su madre y sobrina, otro a su esposa a pedradas, así como feminicidios, infanticidios, etc., como problemas epidémicos.
Esas y otras enfermedades afligen a la sociedad boliviana y no hay médicos, medicamentos y menos dinero para intentar su eliminación. Solo quedaría recordar que “a grandes males, grandes remedios”.

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