lunes, septiembre 2, 2024
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Un maltrato cotidiano

Muchas “cantaletas” que son utilizadas a diario para responder a preguntas de la gente, no dejan de significar maltratos, cuando el funcionario, en cualquier entidad privada o pública, afirma: “no hay sistema”. La frase viene a servirles a ellos como una excusa definitiva, pues muchos añaden “qué quiere que haga, no hay sistema y punto”. Así, la paciente espera en largas filas viene a resultar vana, es pérdida de tiempo y causa otros problemas. Eso ocurrió el martes 1 de este mes en los entes bancarios, como en la avenida Montes, donde centenares de rentistas, haciendo fila desde la madrugada, querían cobrar su pensión, pero una y otra vez se les dijo “no hay sistema, la Gestora no depositó el dinero”, o “la Gestora no dio la autorización”. Soportando el frio invernal, prácticamente todos se quedaron en las extensas “colas”, pues necesitaban su renta y pasada la media mañana recién pudieron ingresar, muy entumecidos, a instalaciones del Banco.
¿Es culpable nuestro precario internet, o que una entidad que depende del gobierno no siempre es efectiva, para que se haya incurrido en semejante maltrato? Además, ¿no se puede hallar otra mejor opción que la odiosa frase “no hay sistema”? Siendo algo parecido a un intempestivo corte de suministro de energía eléctrica, recordé que en la radiodifusión hace décadas sucedía eso y las emisoras quedaban silenciadas al irse la luz, menos una que, pese al problema, seguía funcionando en forma normal, por cuanto alguien mandaba “enciendan el motor” (generador), lo que se cumplía con rapidez en la Radio “Integración” y de ese modo continuaban “en el aire”. La previsión debe ser tomada en cuenta.
Digamos que casos como el anterior se dan muchas veces, o sea lo de vivir maltratos cotidianos. Dicen que todo ha mejorado, y que la atención a los componentes de la sociedad es excelente, cuando buscan ser auscultados por el personal de salud, lo que no se ajusta a la realidad. Y es que hasta hoy prácticamente los enfermos no tienen más remedio que dormir en las aceras de los centros médicos a fin de tratar de lograr fichas que les permitan ser atendidos, incluidos los de la tercera edad. Existe maltrato también cuando la jubilación del trabajador es discriminatoria, puesto que sólo uno o dos sectores privilegiados obtienen el 100% de sus haberes y los demás deben percibir rentas paupérrimas. En fin, hay mucho más, pero será materia de otro comentario.
Mientras, queda claro que la vivencia actual está plagada de maltratos cotidianos contra los que menos se animan a reclamar, vale decir los componentes de las denominadas mayorías nacionales, exceptuando a dirigentes que tomaron esa representación para simplemente lucrar en beneficio personal, según la protesta ciudadana. Esto de vivir un maltrato cotidiano es algo que se ha acentuado en los últimos tiempos, y como muestra están el machismo exacerbado, feminicidios, abuso a niños, la no atención oportuna de las autoridades a las demandas de la sociedad, etc.

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