Cuando no hay supervisión y falta idoneidad, la sociedad se ve expuesta a una serie de deficiencias, con un panorama sombrío. Por ello lo más importante es seleccionar a los más destacados y meritorios profesionales abogados, que no traicionaron el juramento de hacer prevalecer la justicia y el derecho.
— La decadencia de procedimientos y las complicaciones deterioran la salud de la gente que acude a tribunales en busca de justicia.
— Jesús el maestro ya había dicho “Bienaventurados los que tienen sed de justicia” y Montesquieu señaló: “una injusticia contra uno es una amenaza para todos”. Siempre es posible desbaratar toda falsedad, a la que en muchos casos se prestan otros operadores de instituciones conexas al sistema judicial.
— Ahora bien, la fiscalía muchas veces no obra con objetividad, esto es lamentable y se tendrá que reconducir muchos aspectos, así como agentes policiales y otro personal ser cualificados, con especializaciones ponderables.
— Se debería agrupar todos los casos en 3 niveles para la atención judicial:
1.- Los casos mínimos, con resultados de prontitud.
2.- Los casos intermedios, con un plazo de respuesta no mayor a 3 meses.
3.- Los casos complicados, con un plazo máximo de resolución de 6 meses.
— Todos los abogados están llamados a brindar asesoramiento cabal, al proceder correcto, por ello deben ser apartados los reincidentes en prácticas inadmisibles de ilegalidad, de falacia. Asimismo, esa preeminencia de superioridad de algunos no corresponde más, por el contrario, la misión es orientar e imponerse con lo jurídico que refleje ecuanimidad.
— La ética es la brújula que tendría que iluminar a todos los que están imbuidos de la aplicación judicial: jueces, fiscales, abogados, etc., con rectitud y claridad de conciencia, siendo preventivos y alertando para que la gente no incurra en delitos, ya que muchas veces pueden obrar por desconocimiento. Por otra parte, esa misma gente los reconocen como doctores, aunque la mayoría no posee el grado académico como tal, sino que por contar con el título de la abogacía son mencionados honoríficamente como doctores y entonces debieran tener el estilo de prestancia , ser intachables en su actuar y con una actualización permanente.
— Por todo lo dicho no es pertinente que los postulantes para una elección judicial hayan tenido observaciones sobre su trayectoria, pues solo los meritorios están llamados a conducir las riendas por una nueva Bolivia con justicia equitativa.
El autor es Masterado en Gestión Pública.