Nos caracterizamos por amar a Bolivia y su gente, por ser positivos, optimistas, entusiastas y haber trabajado por el desarrollo de la inventiva, la ciencia y otras áreas, pero no podemos evitar sentirnos mal por algunos hechos. Sin duda, este aniversario patrio se ve empañado por malas noticias que nos invaden por los medios, como los últimos y lamentables casos de narcotráfico, que ensucian la imagen de nuestra Patria. ¿A dónde vamos como país? Y esto no es de ahora, es un lamentable proceso que viene desde hace años, seguramente.
Hay inseguridad ciudadana, hasta indigentes causan terror, por crímenes cometidos en la ceja de El Alto. Violaciones, robos, atracos, ajustes de cuentas, asesinatos de personas, de animales nos hacen ver que nuestra sociedad está enferma. La calificación de “pueblo enfermo” de Alcides Arguedas se quedó corta frente a todo lo que vemos y vivimos ahora. Como las consecuencias del Covid-19 en las familias, el estado de la economía en nuestro país.
En cuanto al cambio climático, basta ver que nuestro hermoso lago Titicaca se va secando y ni qué decir de la demencial contaminación de los ríos por el mercurio que la minería legal e ilegal está echando en sus aguas, a vista y paciencia de las autoridades competentes. Es probable, según investigadores y expertos, que tengamos a fin de año problemas con la provisión del agua, por el fenómeno del Niño, que ocasionaría poca lluvia y sequías.
Este es el panorama real y sombrío y siguen hablando y peleando los políticos, por las elecciones de 2025. Pero, a los demás qué nos importa todo eso, estamos así en gran parte por los políticos y politiqueros de centro, izquierda, derecha, pues como siempre no se dedican a resolver problemas vitales de nuestra nación, en materia de salud, por ejemplo.
Queríamos estar tranquilos en estas fiestas patrias, pero este año se aplazaron hasta en organizar desfiles cívicos, pues hubo caos. Para empezar, mucha gente ni sabía de ellos, no eran conocidos los recorridos. Pobres escolares, marcharon en dos días. En años anteriores el desfile escolar era bien planificado y ordenado, así como el de funcionarios públicos. Ahora, en cambio, hubo desfiles simultáneos en zonas. ¿Cuándo se vio un desfile que empiece a las 7 de la mañana y termine a las 4 de la tarde, con espacios vacíos de horas? ¿Qué es eso del “grueso” de los desfiles?
No todos marchamos, vendedoras de pan, obreros, empleados públicos, universitarios, trabajadores informales, ¿por qué tenemos que soportar trancaderas y caos por una mala organización? Por favor, que en el próximo año vuelvan el orden, el civismo, el amor a nuestra Patria que nos necesita tanto ahora, para enfrentar la dura realidad que estamos atravesando. Que nunca más volvamos a ver el “grueso” del caos y desorden en desfiles.
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