Bolivia festeja su 198 aniversario de fundación

Hoy Bolivia celebra los 198 años de su fundación como Nación independiente y soberana. Fue la culminación del cumplimiento de grandes necesidades históricas, fruto de episodios heroicos e inmarcesibles sacrificios de una población decidida a dar vida a una República que anhelaba desde tiempos lejanos.
Se suman a ese festejo las cerca de 200 naciones que adquirieron esa categoría de naciones y que hoy forman la Organización de Naciones Unidas, entidad internacional fundada a mediados del siglo pasado, acontecimiento en el que nuestro país estuvo presente, junto con otras repúblicas.
La creación de Bolivia fue parte del movimiento mundial contemporáneo de formación de naciones, como resultado del avance social y político de la humanidad. No fue una decisión individual, sino producto de la marcha de la sociedad humana que, hasta el momento, ha formado casi 200 naciones y aún espera llegar a un número mayor, derribando en su trayecto a malandrines que niegan la nación y la consideran, en forma idealista subjetiva, como resultado de la mente de algún privilegiado y no producto de la vida. Ellos creen que se puede negar su existencia por decreto o capricho personal.
La nación boliviana, como todas las otras, está compuesta por territorio, población, economía y cultura, que da origen al Estado y no al revés como piensan algunos especuladores. Lo contrario es una teoría absurda de políticos, politiqueros y politicastros de tierra adentro. Nación y Estado son dos caras de una misma moneda y no pueden existir en forma independiente, por lo cual un Estado sin nación es un absurdo destinado a perecer más temprano que tarde.
La nación boliviana se forjó con fuego intenso en el yunque de los hechos, las luchas pacíficas y violentas, fastos memorables que están en las venas de las masas populares que conmemoran el aniversario de fundación con unción y decisión de seguir adelante, lejos de posturas populistas que tienen como programa hacer retroceder la historia, mirando hacia atrás, como la mujer de Lot, para crear el desorden y destruir lo avanzado, bajo la filosofía de la solución por el desastre.
El pueblo boliviano festeja este 6 de agosto con la mente fría y el corazón ardiente, con la seguridad de que siempre avanzará victorioso sobre los saldos de las mentes calenturientas, aniquiladas por el avance de la historia.
Por todo eso y mucho más: ¡Felicidades, Bolivia!