Todo cambia en este mundo, nada es estático. Por eso el agua se convierte en vapor, el fuego en ceniza, las nubes en lluvia y una larguísima e interminable serie de alteraciones perceptibles cada instante, cada día, cada año y mientras, el planeta Tierra gira y gira sobre un eje imaginario, como nos asegura la ciencia.
Lo mencionado con relación a los cambios, está referido al aspecto físico, algo que se puede ver y experimentar con nuestros sentidos. Pero hay algo que no se puede ver físicamente ni se puede tocar con las manos… la conciencia, el amor, el odio, la hipocresía, la sagacidad, la astucia y hasta las creencias políticas y religiosas entre otras manifestaciones psíquicas.
TRANSFUGIO
¿A qué viene el prolegómeno? Es una introducción para referirnos a otra clase de cambios: el de conciencia, el que en el lenguaje popular se denomina como “pasapasismo” o “cambio de camiseta” y no es otra situación que el transfugio.
En estos últimos años hemos sido testigos del desarrollo de todos los vicios ya mencionados y el escenario donde se muestran cotidianamente es nuestra malhadada política o politiquería (como la denominaba Raúl Salmón), tema principalísimo e infaltable en todos los noticieros de TV (afines y no afines a los que sabemos).
Ahora no es novedad ver que un determinado candidato de un partido “invierta su capital” en propaganda, obsequios a amigos, militantes y tirasacos para obtener su voto en elecciones, finalmente llega al alto cargo ambicionado y cuando eso ocurre… ¡zas! se pasa al bando contrario ante la sorpresa de sus electores que ven cómo su voto por el uno, fue cambiado alegremente por el otro con el objetivo de obtener “pegas” cuando el voto “vale”.
PODER Y DIOS DINERO
Todos esos vicios y taras psicológicas siempre han existido desde los orígenes de la humanidad y estamos segurísimos de que seguirán vigentes mientras exista la ambición del poder político y el reinado del dios Dinero. Iluso es el que cree en la lealtad y en el desinterés.
ESPERANZA
¿Nosotros, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos viviremos en tiempos mejores donde la justicia, la lealtad y otras situaciones de una vida mejor, imperen en Bolivia?
¿Ya no veremos más a políticos y gobernantes que llegan al poder para enriquecerse fácilmente mientras la injusticia, la pobreza, la intolerancia y otros males predominan en este suelo riquísimo en recursos naturales que sólo benefician a países poderosos económicamente?
¿Algún gobernante se ocupará prioritariamente de la salud pública ordenando la construcción de más hospitales con dotación de médicos, enfermeras, personal administrativo y equipamiento moderno para ofrecer un adecuado servicio al pueblo? ¿Los gobiernos actuales derrochan el dinero de los bolivianos en propaganda y en construcciones que sólo sirven para diversiones masivas de gente, jolgorios que muchas veces terminan en escándalos? ¿Pan y circo como en los tiempos del Imperio Romano?
UN MILAGRO
Frente a este panorama impregnado de fuerte pesimismo, pero de triste realidad, no nos queda más que esperar el milagro de algún dios del cielo para que la justicia, la lealtad, la honradez y la sinceridad entre otras virtudes, sean realidad en este mundo.
Estas líneas han sido escritas como resultado de una larga meditación y después de varias décadas de observación sobre la realidad de Bolivia.
Mientras, seguiremos esperando la llegada de ese ansiado milagro que podría beneficiar a los estoicos hijos de nuestra Patria que merece mejor destino.
INVOCACIÓN
Oh, política, política boliviana: ¿hasta cuándo abusarás de la paciencia del Pueblo?
El autor es dibujante, escritor y periodista.