Rocío Condori Aruquipa
En el actual contexto educativo cada vez más influido por las Inteligencias Artificiales (IAs), en esta nota exploramos las implicaciones y desafíos que estas tecnologías presentan en el ámbito académico, desde una perspectiva crítica. El propósito es desentrañar las posibles problemáticas en torno a la dependencia creciente hacia las IAs, así como subrayar la necesidad de una educación más humanizante y orientada hacia el desarrollo integral del estudiante. Con base en una extensa revisión bibliográfica en Google Académico, Web of Science y Scopus, se examina las consecuencias de la IA en la educación, desde una perspectiva ética, social y pedagógica. Los resultados revelan que, a pesar de las capacidades asombrosas de la IA, su uso indiscriminado en la educación puede llevar a la deshumanización del aprendizaje y a la degradación de la calidad de la información y la educación. Además, se sugiere que, en lugar de reemplazar las capacidades humanas, las IAs deben ser utilizadas como herramientas para mejorar la enseñanza y el aprendizaje. La conclusión resalta la importancia de equilibrar la tecnología con las necesidades humanas, promoviendo una educación que valorice la creatividad, el pensamiento crítico y el desarrollo integral del estudiante.
El Chat GPT y las demás IAs están irrumpiendo en nuestra sociedad, generando transformaciones radicales en diversos ámbitos, entre los que destaca la educación. Este ámbito se encuentra en medio de una revolución que merece ser examinada minuciosamente. El rápido avance de la IA y su integración en los procesos educativos despiertan interrogantes sobre el papel de la tecnología en la formación de los individuos y plantea la necesidad de una reflexión profunda sobre el camino a seguir. El uso de la IA en educación, aunque relativamente reciente, ha tenido un impacto significativo. Lo que comenzó como una herramienta complementaria para la enseñanza, ha evolucionado hasta convertirse en un sistema capaz de emular el lenguaje humano, personalizar la enseñanza a niveles individuales e identificar problemas de aprendizaje. Sin embargo, esta revolución digital no es ajena a desafíos y problemáticas. Uno de los principales retos es la sobrecarga de información y la posible deshumanización del aprendizaje, que podría reducir la educación a un simple proceso de acumulación de datos.
La integración de la IA en la educación presenta una dicotomía: es una herramienta prometedora para la personalización y eficiencia del aprendizaje, pero también plantea retos significativos para la humanización de la educación y el desarrollo integral de los estudiantes. Se torna evidente que la IA tiene el potencial para transformar el aula, ofreciendo oportunidades para un aprendizaje personalizado y liberando tiempo cognitivo a través de su capacidad para procesar y almacenar información. Sin embargo, este nuevo paradigma no debe desplazar la importancia del enfoque humanista en la educación. Los docentes tienen un papel vital que desempeñar en esta nueva perspectiva, promoviendo el desarrollo de habilidades y capacidades propiamente humanas, como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la creatividad, que complementen y vayan más allá de las habilidades ofrecidas por las IAs.
Es importante recordar que el aprendizaje es un proceso enriquecedor que debe ser placentero y voluntario. La dependencia excesiva de la tecnología puede obstaculizar el desarrollo sensorial y cognitivo, reemplazando experiencias humanas esenciales con interacciones digitales. Por lo tanto, debemos considerar cuidadosamente cómo utilizamos la IA en la educación, evitando caer en la trampa de un aprendizaje superficial y deshumanizado.