domingo, septiembre 1, 2024
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La postergada clase media

Los políticos, tanto izquierdistas como derechistas, siempre han jugado con la suerte de aproximadamente once millones de bolivianos, entre ellos la clase media. Imponiéndoles sus designios unas veces y postergando las proyecciones de bienestar otras veces. De ahí que las brechas de la desigualdad se han profundizado en los últimos 17 años.
“Tras 25 años de vida democrática, Bolivia dejó atrás la violencia revolucionaria y la dictadura militar. Abrazó la democracia y la libertad. En términos generales la vida nacional ha mejorado, pero no lo suficiente. Los pobres, que están también en la clase media, eterna víctima de todas las revoluciones y de todas las dictaduras, vive apenas con lo necesario, pero no se rinde y sigue de pie con la esperanza puesta en Bolivia, el único bien patrimonial que posee” (*). Se dijo hace aproximadamente 16 años. Ahora las condiciones parece que han empeorado.
Jamás ratificaron su vocación de servicio a la clase media, sino que se sirvieron, en dictadura y democracia, de ella. Fue sometida, asimismo, a ración de hambre, en tiempos convulsionados. Con centros de abasto cerrados y elevados precios de comestibles. Profesionales que no lograron empleo, si lo obtuvieron fue a cambio de un sueldo irrisorio.
Clase media que fue objeto de burla permanente, por quienes prometieron “el oro y el moro”. Esos políticos no tienen moral para hablar en nombre de ese sector que subsiste, ahora mismo, con el cinturón ajustado. Algunos políticos que usufructuaron del Poder, piensan que la gente no ha evolucionado políticamente. Pero escucha las ofertas políticas con escepticismo, suspicacia y hasta hilaridad.
La clase media sigue viviendo en un país exportador de materias primas. La plata, el estaño, el petróleo y el gas, marcaron épocas de exportación, sin valor agregado, hasta su agotamiento. Políticos que jamás se preocuparon, por defender los recursos naturales, ni condenaron el entreguismo. Tampoco evitaron la dilapidación ni el saqueo de los recursos del erario nacional. Actitudes que atentaron contra los intereses nacionales y frustraron las aspiraciones ciudadanas de mejores días.
Clase media que no se vende, por un plato de lenteja. Ha adquirido, en más de 40 años de democracia, conciencia política. Está informada sobre quienes provocaron el desastre económico, aquellos políticos que agotaron los recursos gasíferos. Que dilapidaron los dólares provenientes de la exportación del gas. Que coadyuvaron para consolidar el enclaustramiento marítimo.
Clase media que está cansada de escuchar promesas que son incumplidas, que solo tienen por objeto sumar adeptos, con miras a un eventual proceso electoral. Dijeron que iban a crear empleos, reducir la pobreza y trabajar por el bienestar social, pero nada de lo prometido se ha cumplido. El incumplimiento ha desgastado a los gobiernos de turno. En suma: de veras que la clase media sigue de pie.

(*) “25 años de democracia en Bolivia – Tomo I”. Talleres de Artes Gráficas Editorial “Garza Azul”, La Paz – Bolivia, 2007. Pág. 43.

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