miércoles, septiembre 4, 2024
InicioSeccionesOpiniónEconomía circular en la industria bananera

Economía circular en la industria bananera

Cuando le consultan a un boliviano sobre ¿cuál departamento es el mayor productor de banana/plátano en el país?, las estadísticas confirman que Cochabamba es el referente nacional. Las estadísticas sobre exportaciones, mencionan que en 2021, Bolivia exportó USD 38,3M en plátanos, siendo sus principales destinos Argentina (USD 37,6M) Polonia (USD 12,2k) y Alemania (USD 962).
Publicaciones de prensa local, mencionan que la industria bananera es el sustento de aproximadamente 25.000 familias en el Chapare, quienes se dedican a su producción y comercialización en su estado natural, así como al proceso de generación de valor agregado en subproductos como barras energéticas, saborizantes, esencias y el fruto liofilizado.
SI bien son múltiples las bondades de esta fruta, en cada temporada de cosecha y procesado, se genera una gran cantidad de residuos, tanto por el desecho de los tallos de las bananas (vástagos, hojas, flor, corona) como por el mismo producto (racimos de segunda calidad y de rechazo) que, en proporciones generales, representan el doble de la cantidad de banano producido.
Muchos de estos residuos acaban como basura orgánica sin uso ni aprovechamiento. En este contexto, compartiremos experiencias de emprendimientos locales desarrollados en UGANDA, como ejemplo de un manejo sostenible de residuos.

EL CASO UGANDA
La Republica de Uganda es reconocida mundialmente por ser el segundo productor y consumidor mundial de bananas, destacando un consumo per cápita cercano a un kilogramo del producto por persona por día, indicador que respalda una actividad económica de alto impacto, que genera que más del 75% de la población ugandesa, dependa de esa fruta como alimento básico.

Transformación de los tallos de banana en fibra para productos textiles y artesanales
Tradicionalmente, las fibras de banana se han extraído mediante procesos manuales, orientados a raspar la vaina de la fruta hasta desenterrar las fibras. Este proceso de reutilización de los residuos es altamente intensivo en mano de obra (artesanal) y no es viable para la producción comercial a gran escala.
Para mejorar este proceso, los pequeños productores de banana de Uganda, se asociaron con el sector local de ingeniería, para desarrollar una máquina extractora, que facilitara el procesamiento de la fibra. Empresas start-ups de base comunitaria, como TEXFAD (https://www.texfad.co.ug/) trabajan con pequeños agricultores que le proveen los tallos y alimentan un proceso de mayor escala, generando un cambio de percepción respecto a un residuo que generalmente era desechado. En su lugar, disfrutan de nuevos y mayores ingresos.
La fibra de plátano es también conocida como fibra de musa y es calificada como una de las fibras naturales más fuertes del mundo. Es una fibra similar a la del bambú, pero su capacidad de la rotación, finura y resistencia a la tracción es mayor.
La fibra del plátano se puede utilizar para hacer un número de diversos tejidos con diversos pesos, dependiendo de qué parte del vástago del plátano se extrajo la fibra. Las fibras más gruesas y resistentes se toman de las vainas externas de los árboles de banano, mientras que las vainas interiores dan como resultado fibras más suaves.
Esta orientación hacia un proceso industrial de generación de una fibra noble, soluble y biodegradable, en volúmenes suficientes, les está permitiendo a los cultivadores de banana, habilitar una materia prima para generar emprendimientos para producir tapetes, extensiones de pelo biodegradables, tejidos similares al algodón y cuero vegano.

La fibra del banano para producción de papel
Surge como una nueva alternativa la extracción de la celulosa del pinzote de banano (Musa paradisiaca), que es un residuo del cultivo y comercialización de este fruto, para la obtención de papel artesanal. En el proceso establecido es recomendable mejorar las etapas de prensado y secado a fin de reducir el porcentaje de agua en el papel finalmente obtenido, a fin de brindar un mayor tiempo de vida útil al producto, permitiendo fabricar productos adicionales como platos desechables, bioplásticos para utensilios alimenticios, fundas de papel cartón y papel tapiz. Todos ellos productos biodegradables generados con un esquema de economía circular que permiten consolidar industrias sostenibles.

CONCLUSIONES
— La industria de la fibra de banana puede apoyar la creación de empleo directo, a través de la formación profesional, el desarrollo de competencias y la incubación de empresas, acelerando el empleo en todo el país, impulsando la industria turística local con productos artesanales innovadores y altamente valorados por segmentos de la población socialmente responsables.
— La sostenibilidad, implica un aumento de la producción, a partir de la automatización/mecanización de procesos. Aspirar a convertirse en un centro de excelencia en la producción de productos sostenibles respetuosos con el medio ambiente, es un enfoque concreto de economía circular.

El autor es Ingeniero Industrial -MBA PUC-, especialista en RSE.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES