Nombre: Alejandro Delius Tejada.
Fecha y lugar de nacimiento: 16/07/1977 La Paz.
Estudios: Ciencias Políticas y Gestión Pública, Marketing Político. Autodidacta en Artes y Filosofía.
Estado civil: Casado.
¿A qué te dedicas hoy?: Me dedico a intentar mantener mi vibración en la quinta dimensión y para arriba, hasta llegar a la última dimensión.
LG: ¿Qué es lo que el público no sabe hoy de ti?
AD: El público casi nada sabe de mi vida privada o mis finanzas o mis intereses intelectuales o mis procesos espirituales de ascenso a la luz.
LG: ¿Cuál crees que es tu mayor virtud?
AD: La paciencia, la sed de conocimiento y el desapego.
LG: Y ¿tu peor defecto?
AD: Estoy trabajando para mejorar mi neutralidad emocional.
LG: Si volvieras a nacer, ¿qué cambiarías de tu vida?
AD: Espero no volver por la tercera dimensión, esta es mi última vida en este tabernáculo, simulador cubierto por un domo.
LG: Físicamente, ¿cambiarías algo?
AD: Nada cambiaría físicamente, esta es una simple envoltura en el juego de la vida. Lo que vale es la energía, la materia no importa tanto.
LG: ¿Qué es lo mejor que han dicho de Alejandro Delius?
AD: No lo sé, no presto mucha atención a los halagos, pero ante un halago mi respuesta siempre es cariñosa y amable.
LG: ¿Y qué lo peor?
AD: Mucho menos atención presto a las ofensas. Solamente respondo ofensas cuando quiero divertirme con los dormidos.
LG: ¿Cuál fue la etapa más difícil de tu vida?
AD: He tenido etapas menos felices, pero no les asigno importancia en la balanza. Mi vida ha sido siempre maravillosa.
LG: Y ¿cuál fue el mejor momento?
AD: El mejor momento de mi vida fue cuando decidí abrirme al conocimiento verdadero, a la luz infinita y eterna que llevamos dentro e individualmente. Cada ser humano es un Dios.
LG: ¿Una frustración?
AD: Nada me frustra.
LG: ¿Un sueño realizado?
AD: Todo lo soñado se cumple siempre, solamente hay que vibrar a frecuencias de dimensiones más altas que la tercera y entender que la luz está en nuestro propio espíritu.
LG: ¿Qué haces cuando reniegas?
AD: No reniego, si lo hago es muy rara vez. Soy firme y serio cuando debo serlo, pero renegar no es lo mío.
LG: ¿Cómo te gustaría que te recuerden?
AD: La verdad es que no me interesa cómo me recuerden.
LG: ¿Qué poderes mágicos te gustaría tener?
AD: Tengo los poderes mágicos que necesito, como todos los humanos, solamente que soy consciente de eso y la mayoría de la gente no lo es.
LG: ¿Una pesadilla?
AD: No tengo pesadillas.
LG: ¿Una fantasía?
AD: No tengo fantasías.
LG: ¿Quién es hoy Alejandro Delius?
AD: Un ser humano luchando para iluminarse después de haber salido de la matrix.
LG: ¿Qué lugar ocupa en tu corazón Lady Lach?
AD: Es mi compañera en todo, la mejor compañera que podría pedir, mi esposa en términos legales.
LG: ¿Qué significa en tu vida Quirquiña?
AD: Quirquiña es mi principal y más hermoso lugar de trabajo.
LG: ¿Qué te dio tu trabajo en la música y en la televisión?
AD: La música y la televisión son trabajos como cualquier otro, el arte es mucho más libre, por supuesto. Solamente que haría música hasta el final de mis días, pero jamás volvería a la televisión, bajo ninguna circunstancia.
LG: Si tendrías que ser otro cantante o presentador de televisión, ¿quién serías?
AD: Por nada ni por nadie me cambio, simplemente e ineluctablemente soy.
LG: De no estar en la música, ¿a qué te dedicarías?
AD: Siempre estaré en la música, si algún día dejo de vivir de la música seré Presidente de este país o por lo menos Alcalde de La Paz (sonríe), es broma. Luego de mi trabajo en el arte, me dedicaré a elevar mi espíritu y completar mi camino de iluminación.
LG: ¿Qué representa para ti tu familia?
AD: La familia es muy importante para el crecimiento espiritual, luego de eso el camino es individual. Hay que mantener frecuencias altas y la familia no siempre está en la misma sintonía. La familia es circunstancial. Amo a mi familia de todas formas, ojo con eso.
LG: ¿A quién o a quiénes desearías abrazar en este momento?
AD: El abrazo es mental, espiritual, energético. Un abrazo físico no es tan interesante, salvo el de mi esposa que, sin duda, es el más reconfortante de la existencia.
