viernes, julio 26, 2024
InicioSeccionesOpiniónLa educación es una prioridad

La educación es una prioridad

Pobreza, desempleo e informalidad configuran, en la presente coyuntura, el rostro de la realidad social en el país. Sus secuelas, posiblemente ignoradas por los gobiernos de turno, en dictadura y en democracia, incidieron en hechos como la trata de personas, desnutrición infantil, deserción escolar, abandono de bebés en vía pública y niños explotados, a cambio de míseros pagos, en diferentes áreas de trabajo. Tal realidad nos debería llamar a la reflexión.
No se debería permitir, en consecuencia, que el oscurantismo postergue las justas aspiraciones de bienestar de quienes nos sucederán mañana. La educación debería ser el instrumento, elemental, para encarar el proyecto nacional, tendente a forjar un venidero prometedor. Es que “la educación continúa siendo, probablemente, el instrumento más eficiente, en la lucha contra la pobreza” (1).
Sensiblemente, “en nuestro país, en las últimas décadas, se ha tratado de hacer reformas en educación, pero que no han implicado cambios profundos. Por el contrario, por no tener participación competente para su elaboración, los modelos propuestos han sido objeto de cuestionamientos por parte de la opinión pública”, señala el Decano de la Prensa.
“Los países desarrollados, particularmente, han progresado aceleradamente sobre la base de establecer programas educativos con riqueza de contenidos, tanto humanísticos, como científicos”, agrega, ese medio periodístico independiente, de reconocida trayectoria (2).
No solo se debería dar prioridad a la entrega de bonos, u otras dádivas, a las personas de escasos recursos económicos, sino buscar otras opciones, como empleo con salario justo, que les permita, en épocas de crisis económica, alimentar, vestir y educar, dignamente, a sus hijos. Tomando en cuenta que vivimos tiempos de desempleo. El asalariado sobrevive a duras penas y el informal “si vende come, sino se aguanta” (3), según el economista Fernando Romero.
Las personas necesitadas, que representan un amplio sector, anhelan que los discursos en torno al bienestar social, proclamados por los gobiernos de turno, se hagan realidad y que signifiquen un futuro mejor, con empleo, justicia y libertad. Todos, sin distinción de clases sociales, credos religiosos y colores políticos, deberían contribuir con voluntad política, para ser protagonistas del cambio, sobre la base de la educación. Cambio al que aspira la ciudadanía y, particularmente, quienes sobreviven en permanente austeridad.
En suma: la ciudadanía requiere una educación inspirada en la verdad histórica y no una educación contaminada por intereses creados. Una que responda a los retos del mundo moderno y a las inquietudes de las nuevas generaciones. Ojalá así sea.

NOTAS
(1) “Diálogo Político – Educación y Pobreza”, de Konrad Adenauer Stiftung. Año XXII, N° 4. Talleres de Idea Gráfica, Argentina, diciembre de 2005. Pág. 76.
(2) “Descuidos en el ámbito de la educación”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 19 de agosto de 2023.
(3) “Bolivia tocará fondo cuando dejen de llegar $us 2.000 millones al país”. EL DIARIO, 1 de septiembre de 2023.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES