miércoles, septiembre 4, 2024
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Habilidades blandas en ámbito educativo

Oscar Noel Aruquipa Quino

En la actualidad, ser gestor educativo significa asumir una gran responsabilidad y, sobre todo, responder a un gran reto al buscar transformar positivamente una institución educativa. Pero para esto se necesita mejorar muchos aspectos y entre los principales se encuentra el fortalecimiento del capital humano, que en este caso son las maestras y maestros que se encargan de los procesos de enseñanza y aprendizaje en una unidad educativa.
Hoy diferentes organizaciones a nivel mundial exigen formación académica y personal. Es decir, no solamente se exige que un profesional en educación tenga conocimientos académicos en el área en que se desempeña, sino que se pide que se invierta en la formación del lado humano de los trabajadores –parte olvidada– que se relaciona con emociones, sentimientos, reacciones, con la forma de interactuar con los demás y la capacidad de manejar situaciones que se presentan en actividades diarias, como conflictos y retos.
Por estas razones ahora el problema que muchas organizaciones educativas enfrentan se debe al deficiente desarrollo de las habilidades blandas, porque los profesionales se han tornado indiferentes ante su prójimo, se ha perdido la esencia natural de ayudar al otro, se deja de lado las normas éticas y de cada profesión. Y es que hoy lo más importante es la competencia para la supervivencia laboral individual, afectando a las relaciones humanas dentro de una organización, lo que llega a inhabilitar la sinergia institucional.
Entonces, es necesario definir a las habilidades blandas como los atributos que permiten actuar de manera efectiva en un entorno social. Implican una combinación de destrezas, destinadas a lograr una buena interrelación. Es decir, saber escuchar, dialogar, comunicarse, liderar, estimular, delegar, analizar, juzgar, negociar y arribar a acuerdos. “Engloban un conjunto de aptitudes transversales e incluyen el pensamiento crítico, la ética y la posibilidad de adaptación al cambio”. (Pérez Ruiz, 2017).
Por tal razón, actualmente se está dando más énfasis a la formación, desarrollo y fortalecimiento de las habilidades blandas que permiten contribuir a la sinergia institucional desde la comunicación, el trabajo en equipo, las relaciones interpersonales, liderazgo, productividad, inteligencia emocional y otras habilidades que ayudan a que un trabajador pueda integrarse en un grupo, para que genere acciones conjuntas a fin de alcanzar los objetivos institucionales.
Entonces, una forma de fortalecer las habilidades de un maestro o maestra es mejorando sus habilidades blandas. De esta manera se podrá aportar para mejorar la sinergia de una institución educativa y elevar su calidad de enseñanza. Para este cometido se necesita una formación integral, holística y permanente de los profesionales que trabajan en una organización educativa.

El autor es Docente Investigador.

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