miércoles, septiembre 4, 2024
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Inoportuna medición de fuerzas en política

Cuando falta todavía para la realización de las elecciones generales, en el año 2025, en el ámbito político ya se observa agitación electoral, particularmente en el Movimiento al Socialismo, partido que está en el poder más de quince años, con un breve intervalo por un régimen de transición. A pesar de que la designación de candidatos a la silla presidencial depende de elecciones primerias en cada agrupación política, los bandos de evistas y arcistas han preparado eventos para hacer demostraciones de fuerza dentro del MAS. Mientras los partidarios de Evo Morales, quien sueña con volver al poder, hace poco hicieron un “congreso” de sus adherentes en la localidad de Lauca Ñ, los seguidores del actual presidente Luis Arce, de quien se presiente que será candidato a la reelección, pronto participarán en un cabildo en la ciudad de El Alto de La Paz. En el primer caso, en vez de abordar asuntos de primera importancia para el país, la reunión se limitó a proclamar a Morales como candidato presidencial para los comicios de 2025. En cuanto al cabildo, debería ocurrir lo contrario si no se quiere confirmar que lo que les importa a todos ellos es aferrarse al árbol del poder.
Por el contrario, la mayoría de la población está más preocupada por la precaria situación actual del país, debido a problemas como el agotamiento de las reservas de gas, que implica perder una importante fuente de divisas, la desaparición paulatina de empresas formales, el aumento del desempleo, el crecimiento desmesurado del contrabando, los avasallamientos a parques nacionales por “cooperativistas mineros” que al extraer oro de los ríos los contaminan con mercurio, en desmedro de los indígenas, la sequía, el deficiente funcionamiento de los sistemas de salud, educación, justicia y otros.
Desde hace algunos años se advierte que solo el partido gobernante hace ese tipo de movilizaciones, pero últimamente dividido en dos facciones que, al parecer, son irreconciliables, después de graves acusaciones mutuas, por hechos delictivos de algunos militantes.
En el pasado, entre los bolivianos había mayor interés por un partidismo político, tanto en relación con quienes ejercían el mandato de la nación, como con los que estaban en la oposición. Al presente, ello no sucede, por cuanto prevalece una agrupación que, en realidad, es tan diversa, que no refleja convicción ni conocimiento sólido para defender la ideología que plantea. Por el contrario, resaltan los intereses económicos, por lo que quienes administran los cargos públicos, llegan a repartirlos entre adherentes, familiares y hasta amistades. En otros casos, autoridades cuestionadas van rotando de puesto en puesto, mostrando que son inmunes a la condena pública.
Por todo lo mencionado, si los gobernantes, sean arcistas o evistas, no se dedican ahora, sobre todo, a encontrar soluciones para los problemas nacionales, al final puede que el haber hecho congresos o cabildos de nada les sirvan cuando sean sometidos al veredicto popular en el año 2025.

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