domingo, junio 30, 2024
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¡Alto al fuego!

Están quemando vivo al Beni y al delicado ecosistema natural de Bolivia. No podemos pasar por alto esta alarmante situación, por lo que hacemos un llamado de atención urgente.
El Beni es un paraíso de biodiversidad, que alberga innumerables especies de flora y fauna, únicas en el mundo, muchas de cuales son endémicas. Pero hoy es un pulmón verde que se consume con un ritmo alarmante y sin control. Este departamento y todo el país, están siendo devastados, alcanzando un punto crítico por las quemas forestales ilegales. Bolivia es el segundo país con más focos de calor en el mundo. Según la información satelital proporcionada por la organización ecologista Greenpeace, nuestro Estado presentó 1.886 incendios, de los cuales el 58% estaría en el Beni, el resto de los focos de calor estarían distribuidos en otras regiones, como Santa Cruz y La Paz, que se han visto también intensamente afectados. Nos estamos enfrentando a la mayor amenaza vivida en los últimos tiempos, un flagelo que amenaza la vasta riqueza natural y la vida de los habitantes, porque se está afectando las selvas tropicales amazónicas y el ecosistema natural boliviano.
Adoptar medidas enérgicas para poner fin a las quemas ilegales, es un desafío multifacético. Antes que se disipe el humo se debe frenar estas prácticas destructivas que requieren de esfuerzos conjuntos entre los tres niveles del Estado: nacional, departamental y municipal, junto a la sociedad en general. Aplicar las leyes con sanciones severas tiene que ser parte de la solución, junto a la educación sobre la importancia que tiene la vida y la preservación de nuestros entornos naturales.
No nos podemos quedar en silencio ante esta devastación, el fuego está afectando a las comunidades que dependen de la selva para su subsistencia, la tierra se está agotando, la calidad del aire se ha deteriorado y las fuentes de agua se encuentran amenazadas. Por ello, es responsabilidad de todos elevar la voz en contra de esta tragedia ecológica.
No podemos permitir que ni el Beni ni otro ecosistema natural, sean víctimas de la irresponsabilidad humana, siendo un imperativo natural y ecológico detener las quemas ilegales con una supuesta finalidad agrícola o por intenciones de balcanización política. Realidad que saldrá a la luz de los hechos, a medida que se siga empleando el fardo de normas incendiarias proteccionistas creadas para tal efecto. Resulta de prioridad la defensa de los bosques y las selvas, como tesoros invaluables que merecen nuestro cuidado.
El grito es claro: ¡Alto al fuego! No permitiremos que estén quemando vivo a nuestro patrimonio natural y a nuestro futuro. La conservación de la naturaleza no es solamente un deber para nosotros mismos, sino un deber pensando en futuras generaciones que merecen heredar un mejor Beni y una sobresaliente Bolivia, con prosperidad, belleza y diversidad.

Abog. M.Sc. DAEN. Raúl Ruiz Roca Director del Centro de Investigación CINDEPRO.

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