martes, octubre 1, 2024
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Los narcos al ataque

Los narcos que repelieron a balazos a los bomberos que pretendían combatir los incendios en los parques Choré y Amboró han mostrado la peligrosa situación en que se encuentra el Estado boliviano.
No solamente ocupan parques que deberían ser santuarios de flora y fauna, sino que cultivan coca en ellos, instalan sus fábricas de cocaína y, además, están seguros de que son dueños de esos territorios.
La Constitución redactada por los amigos extranjeros del MAS no ha cambiado demasiado los conceptos y las Fuerzas Armadas siguen encargadas de combatir a todo grupo irregular armado en el país.
En marzo de 1967, cuando un grupo irregular de extranjeros emboscó a una patrulla del ejército en Ñancahuazú, las Fuerzas Armadas actuaron de inmediato y los derrotaron en octubre, después de perder a 59 soldados.
Esta vez, grupos armados irregulares actúan en Yapacaní y Los Toldos, pero los militares no se hecho ver todavía, ya sea para aniquilar a esos grupos o para proteger los parques.
Tampoco se ha pronunciado la justicia, seguramente porque está muy ocupada atendiendo las exigencias de quienes quieren que se castigue con muchos procesos a los que provocaron que el cocalero Morales huyera en 2019 después de renunciar.
Cuando los bomberos eran custodiados por ciudadanos voluntarios para controlar los incendios en los parques, el fiscal abrió un nuevo proceso contra el gobernador de Santa Cruz, como si nada pasara en el país, mostrando que es sólo un servil.
Las Fuerzas Armadas guardan silencio, como si los grupos de narcos que atacan a los bomberos fueran sus aliados y la justicia decide no decir una sola palabra, porque no se trata de algo que afecte al cocalero.
En Colombia, los “guerrilleros” que quedan siguen operando en las zonas cocaleras y del narco, como residuos de las FARC o el ELN, igual que hacen los combatientes de Sendero Luminoso en Perú, en el VRAEM.
En Bolivia es la primera vez que los narcos muestran sus propias milicias armadas, como las que el cocalero Morales había dicho que organizaría desde Buenos Aires, donde se refugió tras su fuga de noviembre de 2019.
Los bomberos de Santa Cruz fueron protegidos por ciudadanos voluntarios cuando finalmente entraron a los parques.
¿Será este el anticipo de lo que ocurrirá en el país a partir de ahora, de ciudadanos armados que quieren defender a Bolivia de grupos de narcos que la atacan?
Esto, en todos los idiomas, se llama una guerra civil, porque sería un enfrentamiento entre civiles que tienen diferentes planes para el país.
Habrá que esperar que las Fuerzas Armadas se pongan del lado correcto, de defensa del país, en esta guerra que se anuncia inminente.
Habría que descartar que el enorme poder económico de la droga sea capaz de hacer que los militares bolivianos se pongan del lado equivocado.

Siglo21bolivia.com

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