Profundo fue el dolor causado por su desistimiento a la vida, ausencia repentina que me dejó un vacío casi imposible de ocupar, aflicción procelosa que me recuerda tantas noches compartidas en “Els Quatre Gats”, enfatizando la cruel discusión que terminó siendo una despedida; si no fuera por el arte que aún sobrevive en la polenta de mi pincel, quizás también compartiría su destino.
Infame es el amor cuando no es correspondido, induciendo al hombre a recurrir al falso consuelo del vicio, condenando al fracaso inminente todo propósito, por más loable e ingenioso que este fuese; otro talento deslumbrante que se eclipsó por el despecho, sofocado por la belleza inalcanzable y la personalidad inclemente de Germaine, tomó la pésima determinación de quitarse la vida en un café parisino.
Carles voilà pour toi!, una triste misiva que representa un desbordamiento de culpa, porque estando de luto, fui a buscar alivio donde él solamente encontraba desprecio. ¿Qué clase de engendro miserable comete semejante acción ruin?, ¿dónde quedó el amor y el respeto que sentía por mi gran amigo?, ¡por qué no fui capaz de ver más allá de mi egoísmo!, después de todo el dolor no mermó, fue acrecentando.
Angustiante es el remordimiento que me persigue, suelo creer que lo podría haber salvado de sí mismo, quedándome en Málaga por más tiempo, hasta conseguir que vaya conmigo a Madrid; sin embargo, olvido que su tormentosa obsesión por la modelo, era igual de intensa como su dependencia a las noches bohemias, miscelánea de poemas y morfina.
Sumergió en tristeza el recuerdo alegre de Barcelona, un mar que antes me generaba calma, ahora me ocasiona sufrimiento, espero aquello me sirva de expiación. Un color penetrante me condiciona a desviarme de la lucidez, adoptando mi melancolía como el único incentivo para seguir llenando mis telas; tonos azules, verdosos, agrios, sobreviven en medio del pantano y la penuria del momento.
Sin poder evitar la angustia, hice frente a las bestias del pasado, provisto de carboncillos y lienzos impolutos. A pesar de no asistir al velatorio, mi cabeza fabricó las imágenes del trágico desenlace, honrando su cuerpo que yacía inerte, por medio de mi sórdida condición, y es que únicamente en la pintura habita la solidez necesaria para cumplir mi propósito.
Oscuro fue el final de Casagemas, un colofón indigno para su magnífica esencia como individuo, por lo tanto, un entierro ordinario jamás sería suficiente; a través de mis trazos busqué su portento catalán, evocando su espléndida obra marcada por una tonalidad furibunda, terminé creando un cielo prodigioso, colmado de dádivas y bebidas espirituosas que llevan al límite de la fruición.
RETRATO DE UN PINTOR
Pablo Ruiz Picasso, nació en Málaga el 25 de octubre de 1881, conocido mundialmente por el apellido de su madre, fue un artista, pintor y escultor español, precursor; al igual que Georges Braque, de un movimiento artístico que revolucionó la pintura tradicional, llamado cubismo.
Su trayectoria como creador estuvo ligada a una constante inventiva y transformación, dividida en ocho etapas creativas que inician con el periodo azul, y terminan con el periodo Vallauris; Pablo Picasso fue un genio descomunal, con una vida llena de excesos y controversias, pero que indudablemente nos dejó más luces que sombras.
El autor es Comunicador, poeta, artista.