miércoles, septiembre 4, 2024
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Deterioro de la imagen del Órgano Legislativo

Se entiende por imagen a la representación de algo, es decir como la percibimos, de tal manera que esa imagen nos permite valorar esa individualidad. En el caso que tratamos, la opinión pública, se hace una imagen del Órgano Legislativo, según cumpla o no sus finalidades y servicio a los intereses públicos.
El Órgano Legislativo es uno de los que conforman los poderes del Estado, junto al Ejecutivo, Judicial y en este tiempo al Electoral, tiene por finalidad elaborar las leyes y fiscalizar a los otros poderes. Además es el órgano en el que el pueblo está representado a través de los partidos políticos que obtuvieron una determinada cantidad de votos, en la consulta al pueblo para conformar el gobierno de un Estado, por supuesto en una sociedad organizada en el sistema democrático.
Los orígenes del Legislativo están en la antigua Grecia y en especial en las ideas de Aristóteles, se le ha denominado Congreso de la República, Parlamento, Asamblea Legislativa, Cortes, etc., según la tradición del país y su organización. En su funcionamiento suele ser bicamaral o unicamaral, y es el órgano representativo de la voluntad popular en mayorías y minorías.
En nuestro país, el Poder Legislativo nació en la Constitución elaborada por el libertador Simón Bolívar y su vigencia estuvo ajustada a los regímenes democráticos que en el Siglo XIX fueron los menos y en el XX, al estabilizarse la vida democrática a partir del año 1982, cuando los militares entregaron el gobierno al Congreso del 80. Desde entonces está funcionado sin interrupción.
Si echamos una mirada a la historia del “Parlamento Boliviano”, los representantes del pueblo y las regiones en las dos Cámaras, en su mayoría eran destacados ciudadanos, y con la Revolución Nacional llegaron destacados dirigentes obreros y campesinos, como representantes de esos sectores sociales. Desde el año 2006 hasta la fecha, ha tenido representación mayoritaria en la ahora Asamblea Legislativa, el Movimiento al Socialismo de tendencia populista.
El régimen de gobierno de los llamados movimientos u organizaciones sociales, que nos gobierna desde 2006, pues en el gobierno transitorio de la señora Añez, controlaban todos los Órganos del Estado, con excepción del Ejecutivo, se caracterizó porque en su mayoría parlamentaria, todos los asambleístas representaban a alguna organización social, que se cuoteo la administración del Estado boliviano y no fueron precisamente los más idóneos en el poder, situación que no ha cambiado.
Hay un pensamiento que dice: “por sus frutos los conoceréis”, y aplicado a la Asamblea Legislativa, los frutos de ésta han sido y son exiguos. Por el contrario, las declaraciones que cotidianamente hacen a los medios los asambleístas del oficialismo (salvo alguna excepción), retratan a gente de pocos conocimientos sobre los asuntos que son tratados en esa Asamblea, y peor cuando se trata de los problemas nacionales.
Lo señalamos ya en alguna anterior nota periodística, por el parlamento pasaron destacadas personalidades de la política y la cultura, como en el pasado siglo Franz Tamayo, Víctor Paz Estenssoro, Juan Lechín Oquendo, Hernán Siles Zuazo, Oscar Únzaga de la Vega, Gonzalo Romero A.G., Marcelo Quiroga Santa Cruz, Guillermo Bedregal Gutiérrez, Luis Ossio Sanjinés y otros que han constituido una escuela de servicio a la patria.
Las recientes pugnas internas del partido de gobierno, que tienen su centro en el Órgano Legislativo, han desnudado las falencias éticas de muchos de los asambleístas, que recurren a denuncias, ataques y duras críticas a los que hasta ayer eran compañeros de lucha contra el imperialismo, el neoliberalismo, por la revolución democrática-cultural, etc., pero que sólo eran posturas, pues ahora son calificados como corruptos, ineptos, traidores, etc.
Mientras los del verdadero pueblo, que somos todos los habitantes del territorio nacional, estamos atravesando una dura crisis económica y social, con altos índices de desempleo, altos costos de vida por la subida de los precios de todos los productos, debido a la subida del precio de la divisa, la actividad económica informal, etc., los actores político-partidistas, nos dan espectáculos poco beneficiosos para la sociedad y muy alejados de la realidad nacional.
Del lamentable cuadro de desempeño de los componentes del Órgano Legislativo, no se excluyen los representantes de la oposición, por su mediocridad, por inconsecuencia con sus votantes (salvadas las excepciones del caso). Basta recordarles que, en el gobierno de René Barrientos Ortuño, cuatro parlamentarios hicieron temblar al gobierno de ese tiempo. Nos referimos a los diputados Jaime Arellano, José Ortiz Mercado, Marcelo Quiroga y el senador Raúl lema Peláez, quienes fueron exiliados.
Esperamos que, en el futuro, el Órgano o Poder Legislativo, recupere su prestigio y credibilidad, pues en el informe de gestión del presidente saliente de la Cámara de Diputados, hace pocos días, dijo que se aprobaron 73 leyes (seguramente la mayoría originadas en el Órgano Ejecutivo) y viajaron 54 asambleístas a 25 países de 3 continentes.

El autor es Abogado, Politólogo, escritor y docente universitario.

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