miércoles, septiembre 4, 2024
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¡Alerta zombie!

Recientemente se detectó ingresando a Chile, proveniente de Argentina, un cargamento de 320 gramos del mortífero narcótico llamado fentanilo, más conocido como la “droga zombie”, haciendo prender las alarmas de alerta en Bolivia y en los países de la región. Es un potente opioide sintético desarrollado hace más de medio siglo, que pasó de los quirófanos a las calles, provocando una crisis de salud pública en Estados Unidos, con un sinfín de interrogantes sobre su producción y tráfico ilegal. Es una sustancia que provoca que los consumidores pierdan el control de su cuerpo, debido a su efecto sedante 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina. Una dosis de solo 2 miligramos de fentanilo, equivalente a 10 o 15 granos de sal de mesa, se considera que es letal. En pequeñas dosis fácilmente puede reducir los signos vitales, en particular, los de los órganos que controlan la respiración. Puede causar paro respiratorio, pérdida de conciencia y muerte inmediata, con una vez que se lo pruebe puede provocar la muerte, algo que ya se ha visto en los brotes epidémicos de sobredosis que han cobrado las vidas de más de 110.000 personas tan solo en Norte América.
Hay una serie de acusaciones entre México y China sobre el origen de su producción, que fue creada para ser una opción más potente y segura que la morfina, ampliamente utilizada durante procedimientos quirúrgicos mayores, y como analgésico para tratar dolores intensos, por lesiones profundas, traumas y cuidados paliativos. La versión farmacéutica suele administrarse de manera controlada, con un alto margen de seguridad, a través de inyecciones, pastillas, tabletas o parches transdérmicos, por médicos con permisos especiales para recetarlo.
Pero lo que preocupa de sobremanera, es el riesgo mortal para los consumidores del fentanilo del mercado ilegal, aquel que se comercializa en polvo, pastillas, en forma líquida dentro de goteros o en gotas aplicadas sobre papel, del que se ignora tanto la dosis como las sustancias utilizadas durante su fabricación y que circula en las calles, que se fabrica en laboratorios clandestinos y en ocasiones de manera artesanal. Con un riesgo extra: los comercializadores le agregan heroína y cocaína, para potenciar sus efectos y maximizar sus ventas, factor determinante para sufrir una sobredosis que ponga en riesgo la vida.
Si este potente opioide sintético ya se encuentra en Argentina y Chile, es necesario reforzar los controles en nuestro Estado, al estar siendo considerado por su efecto en la salud pública como una “Nueva Pandemia”. Por lo que es de prioridad determinar acciones preparatorias para salvar las vidas de los consumidores o adictos antes que rehabilitarlos. Si no son tomadas acciones inmediatas, aplicando políticas de control, combate y lucha contra las organizaciones y mafias organizadas que trafican esta sustancia mortífera, el ingreso del fentanilo a la región podría derivar en un problema de salud pública también para Bolivia. Se recomienda iniciar inmediatamente campañas agresivas y dinámicas de prevención, dirigidas esencialmente a cuidar lo más preciado que tenemos, nuestra juventud.

El autor es Director del Centro de Investigación CINDEPRO.

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