Como señala Agustín Aspiazu en su obra ‘Dogmas del Derecho Internacional’ (1872), las agencias diplomáticas podían ser “permanentes, otras temporales o extraordinarias, unas públicas, otras secretas, unas dirigidas a verdaderas negociaciones, otras de pura ceremonia o etiqueta, como para dar una enhorabuena”. Es decir, la práctica diplomática con el trascurrir de los años se dividió en cuatro categorías: Embajadores, Legados y Nuncios; Ministros Plenipotenciarios e Internuncios; Ministros Residentes y Encargados de Negocios. Es necesario mencionar que esta división fue establecida por el Reglamento-Concordato de Viena, el 19 de marzo de 1815 y complementada en el Protocolo suscrito en Aquisgrán, el 21 de noviembre de 1818.
Sin embargo, nuestro país como consecuencia de la Guerra del Pacifico y su posterior enclaustramiento, estableció de manera sui generis la categoría de misiones confidenciales en diferentes países. Una de ellas y poco conocida por la historiografía fue la que desempeñó José Aguirre Achá, como agente confidencial de propaganda en Chile, en 1919.
Es necesario mencionar que Aguirre Achá, inició su vida diplomática en junio de 1903, como Cónsul General en Nueva York y San Francisco. Por otro lado, la Cancillería de Bolivia, envió misiones confidenciales a diferentes partes del mundo, para conseguir apoyo a favor de su tesis de obtener un puerto sobre el Pacífico.
De esta manera, arribó a la ciudad de Santiago en los primeros días de abril de dicho año. Más adelante, brindó declaraciones en los periódicos ‘El Mercurio’, ‘La Nación’ y ‘El Diario Ilustrado’, sobre la posición boliviana. Sobre ello rescatamos la siguiente declaración: “…Bolivia por su extensión territorial que es la tercera de Sud América y por los recursos que posee para el desarrollo de su población, tiene una necesidad imperiosa de buscar un intercambio más directo con el mundo, así como tiene y desea mantener un consorcio intimo con los cinco países que actualmente limitan su mediterraneidad. A esto, si se quiere, puede llamarse con propiedad la ‘sugestión boliviana’…”.
También publicó la columna titulada: “La expectativa boliviana a través de las opiniones de los estadistas chilenos”, en ‘Las últimas noticias’, edición vespertina de ‘El Mercurio’, nota que logró interesar a la opinión pública chilena y cayó como una bomba en la cancillería de Chile. En dicha nota expresó: “…es así como se han emitido ayer y siguen emitiéndose hoy, en mayor esmero, opiniones favorables a una solución que, persiguiendo el propósito de armonizar las relaciones de Chile y el Perú, consulte también la justicia, el deber de dar a Bolivia una salida al mar… como se ve, el pensamiento de los estadistas de aquella época y ellos que dirigen actualmente la orientación de la política internacional de Chile, es el mismo…”.
Después de realizar por seis meses una misión impecable, regresó al país.
José Aguirre Achá en misión en Chile
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