Fabian Freire
Es interesante ver como Latinoamérica ha puesto sus ojos en las elecciones presidenciales de un país tan mermado económicamente como Argentina; esto principalmente se debe al auge de Javier Milei y al surgimiento de un nuevo tipo de “derecha”, la derecha libertaria o llamada por muchos la derecha “ultraliberal”.
Queda claro que Milei no es un político, es un fenómeno de redes que ha aprendido a usarlas de manera notable, para lograr ser “viral” y atraer a muchos jóvenes, sin que éstos realmente sepan cuáles son sus objetivos e ideología.
Milei para muchos es un gran economista, empero cuando lo vemos hablar sobre economía y describir sus políticas, queda claro que hay muchas lagunas, no hay realmente un “plan económico de salvación”. Milei es un buen “populista”, pero queda claro que no es una persona que conozca bien la función pública y sus instituciones. Muchas de sus propuestas son radicales y no serán “fáciles de llevar a cabo”, lo cual causará, sin temor a equivocarme, un fracaso masivo. Milei propone la dolarización, el cierre de ministerios, del Banco Central y una total liberalización económica del país. Empero no tiene en cuenta que para gobernar en democracia y aplicar este tipo de medidas se necesita apoyo total del parlamento (con el cual no contará). Sumado a esto, Argentina está condicionada por su situación económica y sus deudas (como todos los países de la región), por lo cual no es “libre” de actuar como le plazca.
Creo firmemente que Milei se encontrará con un mundo nuevo, el de la política y el de la administración pública, en el cual uno no “puede actuar” como quiera, porque está sujeto a normas y a otras condicionantes. Una cosa es la teoría y otra es la práctica, algo que Milei abordará y dudo mucho que pueda cumplir sus promesas electorales e inclusive terminar la gestión. Sin embargo, si hay algo que le reconozco a Milei es su lucha contra el socialismo del Siglo XXI, ideología que ha hecho mucho daño a la región y a nuestra amada Bolivia. Espero que pronto nos libremos de esta “aberración” política.
Milei terminó ganando, no por sus propuestas, sino por su posición de “outsider” y porque la gente está cansada de los políticos tradicionales, algo similar a lo que sucedió con Evo Morales en 2005. El riesgo del triunfo de Milei es que éste fracase masivamente en su gestión y con su fracaso “sepulte” al movimiento libertario y las “nuevas derechas” que están surgiendo. Lo que me preocupa y más viendo cómo actúa nuestra región políticamente, es que este fracaso sea “contagioso” y sepulte a nuevas opciones opuestas al socialismo del Siglo XXI.
En Bolivia desgraciadamente no existe oposición, pero no pierdo la esperanza de que surja un nuevo movimiento político con directrices claras, objetivos bien trazados, ambición geopolítica y con ganas de consolidarnos como una nación boliviana que pueda “terminar” con el MAS. Sin embargo, de fracasar Milei significaría la pérdida de credibilidad en las nuevas corrientes políticas en la región y, sobre todo, de aquellas que se opongan al atroz socialismo del Siglo XXI. De igual forma su fracaso podría dar nuevos aires a la izquierda latinoamericana y de esta forma sellar el destino de nuestra región y que continuemos siendo subdesarrollados.
Mi pronóstico es que Milei deberá afrontar una gestión muy dura, tendrá un parlamento opositor y se verá con serios problemas de todo tipo, una cosa es la teoría y otra la práctica, más aún en política.
Me parece que su fracaso será rotundo, salvo que tenga a la “divina procedencia” de su lado, algo inimaginable, menos para alguien que no es político ni “un ser excepcional”.