Ineficaz y tardía lucha contra la sequía

El gobierno del Estado Plurinacional se caracteriza, entre otras “virtudes”, por reaccionar con atraso de meses y con medios ineficaces contra los factores climáticos que asolan el territorio patrio, como ser la sequía, los incendios, el desborde de ríos, la quema de bosques y muchos otros problemas que como meteoros se han presentado durante su gestión de tres años. Por lo demás, si así actúa contra esos asuntos, ¿cómo se comportará frente a cuestiones de gran importancia?
La campaña gubernamental contra la sequía empezó recién en octubre, cuando la falta de agua ya estaba muy avanzada. Hasta entonces, la escasez de lluvias ya había determinado la pérdida, además, del sesenta por ciento de la producción del año agrícola. Es más, no dio atendió a la agricultura para la segunda etapa de siembras, que empezó en este mes. Esos dos aspectos han determinado que este año se hayan perdido en gran parte las cosechas de toda clase de alimentos.
Es más, ese abandono de responsabilidades en cuanto a la producción rural, ha significado la muerte de ganado, como de ovejas, vacunos, llamas, vicuñas y otros que dejarán a los consumidores sin las proteínas necesarias para su existencia. Todo eso es más patético por el abandono de zonas de cultivo por parte de los campesinos. Solo aumenta la producción de la hoja de coca y son expandidos sus cultivos a áreas no tradicionales.
Se habló del desarrollo de pozos de agua y aprovechamiento de vertientes, pero todo se limitó a hacer promesas, pues no se encontró las napas acuíferas, o no se aprovechó de las corrientes de agua, o se habían secado. A esa serie de ineficiencias, se sumó la tardanza para resolver el problema de la sequía, es decir que cuando ya están llegando algunas lluvias, recién se habla de “bombardear” las nubes para producir precipitaciones pluviales artificiales. En ese mismo sentido, cuando algunos incendios de bosques ya habían acabado con gigantescas cantidades de plantas y animales de todo tipo, se dijo se iba a solicitar ayuda de Francia, Brasil, Venezuela y Chile para frenar el avance del fuego y la contaminación del aire en varias ciudades del país.
Por otra parte, los órganos del gobierno no han mencionado los efectos de la sequía, como la escasez y alza de precios de alimentos, así como una posible hambruna de seguir ese estado de cosas. La población del país no ha sido prevenida ante las calamidades que se pronostica. Algunas industrias que consumen productos nacionales, ahora no tienen insumos y tendrán que importarlos, lo cual tampoco será posible porque el Estado no tiene dólares y las reservas económicas internacionales están en niveles ínfimos.
Las autoridades nacionales están enfrascadas en luchas intestinas y están gozando de una primavera cuando aumenta el ingreso de alimentos de países vecinos para consumo de la población y, por otra parte, se alienta ese contrabando para llenar los mercados y aparentar que no hay desabastecimiento.