martes, noviembre 5, 2024
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El gobierno no garantiza una vida libre de violencia a las mujeres

El 25 de noviembre se conmemora el “Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la mujer”, que tiene como origen el asesinato de las hermanas Mirabal en 1960 en la República Dominicana, por ser mujeres y activistas de los Derechos de las Mujeres. En Bolivia la Constitución Política del Estado dispone en el Art. 15.II que “Todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física, sexual o psicológica, tanto en la familia como en la sociedad”, sin embargo, este mandato NO se cumple.

Nuestro país asumió acuerdos internacionales, como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer (CEDAW), la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica, Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la Mujer (Belén do Pará), Protocolo Facultativo de la CEDAW, Convención sobre los Derechos Políticos de las Mujeres, Protocolo Facultativo del Pacto de Derechos Civiles y Políticos. Todos ellos fueron ratificados en beneficio de los derechos de las mujeres de Bolivia.

Por otro lado, el Objetivo del Desarrollo Sostenible Nº 5 declara: Lograr la Igualdad entre Géneros y Empoderar a todas las Mujeres y las Niñas con las siguientes propuestas: 5.1. Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y niñas en todo el mundo. 5.2. Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación. 5.3. Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina. 5.4 Reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados mediante servicios públicos, infraestructuras y políticas de protección social y promoviendo la responsabilidad compartida en el hogar y la familia, según proceda en cada país. 5.5. Asegurar la participación plena y efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo a todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública.

A pesar de contar con infinidad de disposiciones internacionales y nacionales, la violencia contra mujeres y niñas sigue silenciada por un sistema que facilita la impunidad de los perpetradores. La estigmatización social y la vergüenza que sufren las víctimas, como lacra se ha intensificado en diferentes entornos, incluido el lugar de trabajo. Tal situación fue agravada por los efectos pos pandemia, los conflictos sociales y ahora los incendios que acaban con la salud especialmente de las mujeres indígenas.

La violencia se manifiesta de forma física, sexual, psicológica y acoso. Violencia por un compañero sentimental, presión sicológica, violación conyugal, feminicidio; violencia sexual, acoso e insinuaciones sexuales, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernético; trata de seres humanos, esclavitud, explotación sexual; mutilación genital, y matrimonio infantil. Lamentablemente, en Bolivia hasta mediados de noviembre de 2023, se tiene 72 feminicidios, el 52% de las víctimas son mujeres menores de 30 años, en La Paz 20, Santa Cruz 19, Cochabamba 10, Potosí 8, Beni 6, Oruro 3, Tarija 3, Chuquisaca 2 y Pando 1. Pero solo el 22% de los feminicidas tiene sentencia.

La solución radica en que el tema sea motivo de una política de Estado y de aumentar la inversión para la PREVENCIÓN de la violencia, ya que tan solo un 0,3% se destina a combatir la violencia de género y se invierte menos del 0,2% en su prevención. Se precisa más recursos económicos, la aplicación de la justicia, servicios para los supervivientes y capacitación para agentes del orden público.

Es importante que las mujeres y los hombres, tengan las mismas oportunidades, condiciones y formas de trato, sin dejar de lado las particularidades de cada persona, que garanticen el acceso a los derechos que tienen como ciudadanas(os). Lamentablemente, la violencia contra la MUJER sigue siendo un obstáculo para alcanzar igualdad, desarrollo, paz, respeto a los derechos humanos de mujeres y niñas. Por ello la promesa de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), no podrá cumplirse si no se pone fin a la violencia contra mujeres y niñas.

 

La autora es Abogada, Economista, ex Asambleísta Constituyente.

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