miércoles, septiembre 4, 2024
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Huella de Carbono – Desafío para ciudades positivas

Parte II

Sobre la base de una selección de experiencias exitosas en ciudades de América y Europa, a continuación, se desarrollan ejemplos de estrategias que, de forma eficiente, atienden el desafío de equilibrar la recuperación económica-social de la población, y el nuevo diseño de ciudades positivas más resilientes, prósperas y equitativas (reducción de huella de carbono, entornos seguros y sostenibles).
a) BICYCLE FRIENDLY (Ciudades amigables con la bicicleta).
La bicicleta es uno de los medios de transporte más económico, eficiente y ecológico del planeta, sumado al hecho que su uso frecuente conlleva al desarrollo de un ejercicio beneficioso para la salud.
Su aporte directo para resolver problemas como la congestión del tráfico y contaminación vehicular, así como el sedentarismo de la población, exige un compromiso continuo y sostenible que fomente más desplazamientos en bicicleta, teniendo como efecto directo la reducción (descarbonización) de las emisiones nocivas de dióxido de carbono que alimentan la actual crisis climática en todo el país.
Entre los múltiples beneficios que ofrece migrar a la bicicleta como un medio de transporte eficiente y sostenible, cuantitativamente podemos destacar el Análisis de Costo-Beneficio Social del #PlanBici que el Banco Mundial preparó para la ciudad de Lima-Perú (Estudio encargado a la consultora Decisio), el cual respalda entre sus conclusiones que por cada dólar invertido (costos directos e indirectos) en la ciudad para promover los viajes realizados en bicicleta, se tendría un retorno/beneficio 19 veces superior, materializado en: Menor contaminación sonora, menor contaminación del aire; Mayor confiabilidad en tiempos de viaje/traslado; Mayor seguridad Vial, reducción de la congestión vehicular y sobre todo efectos positivos en la salud de la ciudadanía.
Ante este escenario desafiante, algunas de las dimensiones que permitirán transcurrir por un procesos sostenible y comprometido, para implementar un entorno bicycle-friendly, serán:
• Sistema de préstamo de bicicletas
La ciudad de La Paz, ya experimentó los múltiples beneficios de una tendencia consolidada en las grandes metrópolis del mundo, habilitando un nuevo medio de transporte alternativo y ecológico de amplia acogida en la población. Los scooters o patinetas eléctricas hoy son una alternativa real muy bien adaptada a la compleja topografía de la ciudad, son fáciles de usar y aprovechar a través de aplicativos móviles y que son el reflejo de una visión público-privada (GAM LPZ-Empresa Walawa) conjunta, que atiende a plenitud el desafío de consolidar una ciudad positiva con el medio ambiente.
Y ¿por qué no pensar en evolucionar hacia un sistema de préstamo de bicicletas? Iniciativas público-privadas tienen las mejores condiciones para irrumpir con una propuesta novedosa que, tarde o temprano, logrará consolidarse en los hábitos de transporte del ciudadano responsable. Varias ciudades de todo el mundo han adoptado sistemas de uso compartido de bicicletas convencionales, eléctricas e hibridas, en estaciones repartidas por toda la ciudad, haciendo más accesible los desplazamientos en bicicleta.
• Incentivos reales para promover el traslado en bicicleta al trabajo
Efectivo y alentador para incentivar una cultura responsable de la sociedad en cuanto a la reducción de su huella de carbono, en Europa se implementaron algunas de las siguientes políticas para promover esta actividad:
a) Las empresas en Bélgica pagan un bono a sus trabajadores por desplazarse en bicicleta, desde su hogar hasta su fuente de trabajo.
b) En Reino Unido, el programa cycle to work, es una iniciativa de exención de impuestos, para promover viajes más saludables al trabajo y reducir la contaminación ambiental. El empleador compra bicicletas y las alquila a sus empleados con costos mínimos libres de impuestos para promover la reducción de contaminación ambiental.
c) Los científicos de Luxemburgo validaron que el traslado en bicicleta al trabajo, supone un 45% menos de riesgo de desarrollar enfermedades oncológicas y 46% menos de riesgo de cardiopatías.
• Ciclovías y vías peatonales
Experiencias de países europeos y sus amplios esfuerzos por implementar la «Declaración Europea de la Bicicleta» destacan la necesidad de enunciar e implementar compromisos para la creación coherente de redes ciclistas en las ciudades, buscando conectar centros de transporte público, para asegurar estacionamientos con infraestructura de recarga para bicicletas y construir autopistas de ciclismo entre ciudades, buscando conectar zonas urbanas y rurales.
Si hablamos de la realidad en Latinoamérica, tenemos algunos referentes a destacar, como Buenos Aires (con una presencia consolidada de un sistema moderno de alquiler de bicicletas, más de 140 Km de ciclovías), Ciudad de México (construcción efectiva de más de 400 kilómetros de ciclo-infraestructura, estacionamientos públicos para bicicletas gratuitos, legislación para proteger a ciclistas) y Bogotá (con más de 392 Km de ciclovías).
¿Cómo debe ser la infraestructura pensada para ciclistas? Según el BID, la infraestructura vial debe disponer de un espacio continuo, protegido del tránsito motorizado, separado de los peatones y libre de posibles obstáculos. Este estudio plantea que existen tres tipos de infraestructuras para pensar la construcción de ciclovías, siendo para ciudades de Latinoamérica (países con tareas pendientes en consolidar una robusta educación vial) la sugerencia apropiada vías Segregadas, es decir aquellas con carriles demarcados con pintura u otro tipo de separador, muy propia cuando los ciclistas comparten la vía con automóviles que circulan a velocidades promedio de 50 km/h sin importar el volumen de circulación.
Si de referentes mundiales se habla, según The Global Bicycle Cities Index (2023) de las diez ciudades más amigables a la bicicleta a nivel mundial, 1 está en China (Hangzhou) y 9 están en Europa (se destaca entre ellas a Utrecht-Holanda (1era), Copenhaguen-Dinamarca (4ta), Malmo-Suecia (6ta).
Alcanzar posicionarse como un referente mundial en este desafío, implicará que, como ciudades bolivianas, identifiquemos como variables críticas a ser atendidas, las siguientes dimensiones:
• Porcentaje de usuarios de bicicletas.
• Los niveles de delincuencia y seguridad de cada ciudad, asociada a sus efectos en accidentes de tránsito y tasas de robos de bicicletas.
• Infraestructura (kilómetros de ciclovías y vías peatonales).
• La posibilidad de compartir bicicletas (similar al proyecto Scooters en La Paz).
• Y eventos de promoción de esta actividad saludable, representados por los ¨Días del Peatón¨ que cada ciudad implementa cada año.
El desafío siempre estuvo planteado. Aprendamos a aprovechar este potencial para un crecimiento sostenible, verde, inclusivo y resiliente como ciudad y país.

El autor es Ingeniero Industrial – MBA PUC, Especialista en Negocios Sostenibles y Familiares.

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