lunes, julio 1, 2024
InicioSeccionesEditorialBolivia se desangra por éxodo de campesinos

Bolivia se desangra por éxodo de campesinos

Alrededor de tres millones de ciudadanos bolivianos han migrado en los últimos veinte años del campo a las ciudades y al exterior del país, según datos estadísticos oficiales y extraoficiales. Con anteriores migraciones, la población a nivel nacional también se ha modificado y si bien la población rural en 1950 llegaba al 70 por ciento, ahora llega solo al 4 por ciento, con tendencia a reducirse mucho más.

Los datos concretos de ese éxodo humano son aún más alarmantes. La migración interna, que alcanza a cerca de un millón de personas, muestra un panorama general que permite sacar concusiones sumamente delicadas para la vida del país.

En efecto, al iniciarse ese éxodo del campo a las ciudades, los campesinos encontraron trabajo en la construcción urbana y los ayudantes llegaron a ganar un salario de 120 bolivianos al día. Pero, esa fuente laboral se redujo abruptamente y los desocupados se fueron a cultivar coca, pero este último recurso resultó deficiente y, ahora, esos migrantes están dedicados a ocupar tierras en el oriente, con el agravante de desconocer el ambiente y el clima, produciendo los incendios que podrán llegar a cinco millones de hectáreas cada año. También están dedicándose a la extracción de oro.

En síntesis, la masiva migración campo-ciudad está matando al país, lenta pero seguramente, ante la mirada complaciente del Estado Plurinacional y la horrorizada opinión pública. Sin embargo, ese magno problema no es el único. En efecto, son resultado de malas políticas económicas de los gobiernos que vienen desde principios de siglo. No es, pues, necesario referirse al hecho criminal de incendiar zonas forestales, sino a las causas del mismo, a la forma de curar el mal en su origen.

La causa central es la política agraria aplicada desde hace varias décadas, la cual ha obligado a los campesinos a abandonar el cultivo de la tierra y buscar fuentes de trabajo que les permitan vivir mejor. Esa política agraria fue agravada por diversos gobiernos, con nuevas leyes, pero, finalmente, fue incluida en la Constitución Política que rige al país y que afecta directamente a los campesinos, que han sido condenados a la miseria y poco menos que a la condición de parias.

Obviamente, ese estado de abandono de las masas indígena-campesinas significa un problema de gran magnitud, ya que en particular ha dejado sin suficientes alimentos a los centros urbanos, que ahora consumen numerosos productos extranjeros. Un único “beneficio” que trae ese éxodo, a países como Chile y Argentina, es que los bolivianos envían remesas por cantidades significativas a sus familiares cada mes.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES