domingo, septiembre 29, 2024
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Jugar fútbol de salón

Nelcy Ximena Quispe Colque

¡Oh! paciencia y sapiencia de los niños, que cuando las escuelas programan actividades deportivas; ya no concilian el sueño por varios días, especialmente en la víspera de los partidos de juego; no duermen pensando en el rol de partidos, en la hora de juego, el campo deportivo asignado, en los jugadores de otros cursos y, por supuesto, en la potencia deportiva de los equipos rivales.
El día del partido, llegan a la cancha muy apurados junto a sus padres, para estrenar orgullosos la nueva casaca del equipo. Al comenzar los partidos, se observa saludos tímidos y apretón de manos entre los rivales. No faltan abrazos de confraternidad y felicidad de los amigos; quienes se expresan mutuamente: ¡buena suerte en el partido! Mientras el árbitro controla su cronómetro y convoca al centro del campo deportivo para el sorteo a los capitanes de cada curso; entretanto los jugadores caminan de un lado a otro de la cancha, trotando para calentar los músculos del cuerpo, siempre al mando de sus directores técnicos.
Pero, “¿Dónde se inventó el fútbol de salón?: Nació en Uruguay en 1930, cuando este bello país fue campeón del mundo de fútbol, hubo un gran interés por practicar ese deporte y las escuelas uruguayas de aquel entonces no disponían de espacio suficiente para crear campos de fútbol. El profesor Juan Carlos Ceriani, ideó este deporte usando reglas del waterpolo, baloncesto, balonmano y fútbol. Redactó el reglamento de este deporte. El «fútbol de salón» como se le empezó a llamar causó sensación en Uruguay, Chile, Brasil, Argentina, Perú y España… Es un deporte para jugadores con habilidad técnica, a los que les gusta dominar el balón. Se juega sobre una superficie lisa, que puede ser de madera o material sintético, aunque en los centros educativos se permite hormigón o asfalto.
Aunque en cancha juegan cinco contra cinco; existen fanáticos a los que no les gusta perder. Y algunos padres de familia exigen al extremo a sus hijos que recién están aprendiendo las reglas de fútbol de salón y estrategias de juego colectivo. Niño o niña exigida, sólo atina a llorar de cansancio y por exigencias verbales de sus padres.
Entonces, no son recomendables las exigencias a escolares de 6 hasta los 11 años de edad, porque en vez de traer beneficios y aprendizajes deportivos, puede causar rechazo y animadversión a la práctica del fútbol de salón. Sin embargo, causa alegría cuando los niños deportistas, por su inocencia piden disculpas cuando hacen alguna falta a sus rivales. ¡Perdóname, no era mi intención lastimarte!, dice alguien.
Claro, ante esa sonrisa sincera del infractor, el jugador rival inmediatamente acepta las disculpas con otra sonrisa, eso es lo bello del deporte infantil. Los niños, dentro y fuera de la cancha, no se enojan, no hay insultos, riñas, ofensas y peleas, al contrario del fútbol con personas mayores. En suma, la actitud de perdón y valor de la sonrisa amistosa, debemos aprenderla los adultos de los niños y niñas deportistas, que están en proceso de formación y práctica del fútbol de salón.

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