viernes, julio 5, 2024
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Los asesinatos sangrientos en “Viernes Negro”

El corazón de cada cinta de asesinatos sangrientos está constituido por las muertes mismas, y Eli Roth- maestro del género- deseaba garantizar que Viernes Negro reflejase su mejor trabajo.

“Cada muerte tenía que estar a la altura de nuestros estándares en el plano de los sustos y las vísceras; si la cinta no lo lograba, nosotros seríamos los muertos”, dice Roth. Y a esto debemos añadir la presión de, en cierto modo, ya haberlo hecho anteriormente. “Me encontré en la penosa situación de no sólo tener que estar a la altura de lo que hice en el video promocional, sino asimismo de superar esas imágenes a toda costa”, prosigue.

Es por esto que, casi desde el principio, Roth decidió debatir acerca del proyecto con el genio de las prótesis, Adrien Morot. “Su destreza artística no tiene parangón. Adrien y su esposa Kathy han creado las cabezas y partes corporales más bellas y realistas que haya podido ver. ¡Son tan hermosas! Claro que, a pesar de su belleza, una cabeza falsa debe ser destrozada con un ablandador de carne”.

Y ésta es una responsabilidad particularmente seria para el director. La creación de una cinta de horror es, en su opinión, algo parecido a encaramarse sobre los hombros de un gigante. “Pensamos en las muertes y nos decimos, bueno, ¿cómo podríamos superarnos? Y no sólo a nosotros mismos, sino también superar a todas las otras cintas del género. Para nosotros supone un honor poder arribar al asesinato perfecto. Cada vez que realizas una cinta de horror, obtienes la oportunidad de adentrarte en el panteón de los más grandes. La oportunidad está ahí, todo depende de tu elección. Así que cada muerte debe constituir un clásico”.

Y Roth puede detectar ese ‘algo más, tan especial’. “Debo sentir asco… Mi tolerancia en lo tocante a lo asqueroso en el cine es particularmente alta, así que si una escena me descompone, sé que funcionará para el gran público”.

Otra razón por la cual Roth se siente tan a gusto con Morot consiste en el amor que ambos comparten por los efectos prácticos. “Cuando pienso en mis muertes favoritas, y me refiero a las películas que he visto a lo largo de mi vida, no hay una sola que sea digital”, dice Roth. “Todas están creadas con maquillaje y efectos prácticos. La respuesta emotiva suele ser muy distinta”.

Para Morot, cada trabajo es distinto. A veces tienes que proporcionar el maquillaje (ganador del Oscar) para un actor (ganador del Oscar) en un papel dramático, como él mismo hizo con The Whale. Pero, ocasionalmente, el pedido consiste en partir una cabeza humana en dos con el bauprés de un barco.

Tras haber trabajado con Roth tanto en Death Wish como en The House with a Clock in Its Walls, Morot sabía de la existencia del falso video promocional para Thanksgiving, y con esta información bastaba. “Roth me dijo, ‘Lo transformaremos en largometraje’. Yo le dije, ‘Cuenta conmigo’. Era más que obvio: yo quería desempeñarme en esa película. Enseguida se los dije a los chicos del taller y ellos hicieron a un lado lo que traían entre manos- este proyecto revestía la misma importancia para todo mundo”.

A pesar de que Morot no abrirá la boca, la mejor muerte podría ser la que Roth llama “la de Pinocho”- el abuelo que es empalado por el bauprés del Mayflower durante el desfile de Día de Acción de Gracias. “Fabricamos una vía que pudiera golpear la madera a través de la ventana trasera de un automóvil y que enseguida consiguiera traspasar la cabeza falsa, que a su vez estaba equipada con tubos que arrojaban chorros de sangre, así como los sesos, sobre lass niñas que interpretan a sus nietas”, explica Roth. “Es mucho más sencillo decirlo que hacerlo”.

Para Roth, un asesinato complicado es estresante hasta que la última gota de sangre ha sido derramada. “Los días del rodaje de una muerte son los más emocionantes; el estómago es un vacío y no puedo relajarme hasta conseguir la toma perfecta”, dice. “La sincronía de la cabeza que cae con la oscilación del hacha, la manera como la sangre mana- todo puede salir mal. Pero cuando las cosas funcionan, no hay nada igual a este sentimiento”.

Y al principio, durante ‘el asesinato a la Pinocho’, muchas cosas sí que salieron mal. “Las primeras tres veces, la madera quedó enmarañada en los tubos de sangre. El rostro seguía desgarrándose por el lado equivocado, o la madera se enredaba en el plástico, por lo que el rostro parecía estarse estirando y no estallando”, explica. “Finalmente, Adrian determinó que debíamos modificar el tamaño del arma- y el rostro se partió hermosamente, con la sangre saliendo disparada como un regaderazo empapando a esas chicas”.

Esas chicas, las hermanas Hannah y Charlie Story, habían trabajado previamente con Roth y provienen de una familia de fans del género. “En cuanto terminamos la toma, las chicas estallaron en carcajadas y todo mundo posó en fotografías con ellas. Sus padres me han dicho que las chicas quieren hacer películas de horror cuando sean adultas”, dice Roth. “Esto, en mi opinión, supone un trabajo bien hecho”.

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