A tiempo de anunciar que no viajaría a Argentina para la posesión del nuevo mandatario de ese país vecino, el presidente del Estado Plurinacional afirmó que la causa de esa medida era que debía arreglar un problema de tierras y que su gobierno actuará con “mano dura”. Al mismo tiempo, advirtió a los interculturales, denunciados por amenazar de muerte a dueños de haciendas y ocupar sus propiedades en el municipio de Guarayos, en el departamento de Santa Cruz. Tales actitudes dejan ver con claridad que la cuestión de la tierra no ha sido resuelta y más bien continúa agravándose.
En forma paralela, la senadora Centa Rek sugirió “militarizar” el medio rural para defender “propiedades avasalladas” y, al mismo tiempo, adoptar acciones aún más extremas. Al mismo tiempo, dos industriales acusaron a campesinos “interculturales” de iniciar una nueva ola de tomas de tierras privadas, manifestando: “¿Estado de Derecho?, no, si “mafia” de interculturales sigue impune”.
Como estaba previsto desde que se produjeron varios atropellos a tierras privadas en producción, el asunto relacionado con las acciones de los “interculturales” ha seguido creciendo y un nuevo brote ha estallado, revelando que la cuestión de la propiedad de la tierra en Santa Cruz sigue latente. Aún más, se agrava a medida que las autoridades encargadas de mantener el orden siguen procediendo en forma indulgente y, en especial, viendo la cuestión en forma superficial y hasta anunciando medidas extremas, como que el presidente Luis Arce actuará con “mano dura”.
La advertencia presidencial podrá alertar a los interculturales en alguna medida, pero, como en casos anteriores, en nada resolverá el problema de los llamados “avasallamientos” de tierras. Tampoco tendrán efecto las palabras de la senadora Rek, que pidió “militarizar” el medio rural.
Si el gobierno desea frenar esa crisis agraria, lo que se debe proponer es no atacar los últimos humos del incendio, sino enfrentar las causas mismas del fenómeno. No hay otra solución y si no se actúa en esa forma y no se adopta disposiciones de fondo, lejos de cualquier violencia, la situación mencionada no cambiará.
La causa de esta nueva crisis agraria, igual que las anteriores, es la política agraria establecida por la Constitución Política de 2009, la misma que no solo conmueve el ambiente oriental, sino que ha causado el caos y el desastre agrario en todo el país.