jueves, julio 25, 2024
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Todo sobre las epidemias y los cuidados para prevenirlas

Por: Equipo editor

 

¿Qué es una epidemia?

 

Se habla de epidemia cuando una enfermedad (cualquier enfermedad, no solo infecciosa) afecta a un grupo humano determinado con mayor frecuencia de la esperada en un período de tiempo. Hace referencia a un incremento de los casos de la enfermedad frente a su nivel de endemia.

 

Una consecuencia curiosa de la enfermedad es que se puede considerar como epidemia una enfermedad que solo tenga un único sujeto afectado, siempre y cuando, la frecuencia esperable fuese 0. Por ejemplo, la viruela está erradicada y si apareciera en cualquier país un único caso se consideraría epidemia: su nivel de endemia es cero.

 

Las epidemias se pueden clasificar en:

 

  • Epidemia propiamente dicha. Cuando el incremento de la enfermedad afecta a una región determinada y en un período de tiempo concreto.

 

  • Brote epidémico. Se refiere con esta expresión a una epidemia muy limitada en el espacio y en el tiempo. Por ejemplo, un contagio de meningitis entre niños en una ciudad se podría considerar como un brote epidémico.

 

El grado de severidad de la enfermedad (o epidemia) en una población depende, del equilibrio entre el número de personas susceptibles de padecer la enfermedad y el número de personas que son inmunes a dicha enfermedad.

 

Esta inmunidad puede ser debida a que existen personas que ya padecieron y recibieron vacunas (de ahí la importancia fundamental de la vacunación en las epidemias infectocontagiosas) o porque son inmunes genéticamente a la enfermedad.

 

Qué hacer ante una epidemia

 

  • El agua de consumo provista por servicios centralizados (agua corriente o de red) puede utilizarse sin necesidad de tomar medidas adicionales de desinfección.
    Cuando el agua provenga de pozos o de cualquier otra fuente, hervirla en un recipiente limpio y tapado de dos a tres minutos, no más. Dejarla enfriar y conservarla en el mismo recipiente tapado hasta que vayas a utilizarla.
  • El agua no utilizada dentro de las 24 horas de hervida debe ser desechada.
  • Usa agua corriente o de red, o en su defecto hervida o clorada, cuando prepares leche en polvo, jugos de frutas, refrescos, etc.
  • No introduzcas hielo en las bebidas, salvo que se tenga la absoluta seguridad de que ha sido preparado con agua segura.
  • Los filtros domiciliarios o comerciales no aseguran, en general, la eliminación total de bacterias.
  • Lavarse las manos con agua segura o confiable (corriente o de red, o en su defecto hervida o clorada), especialmente antes de comer o de preparar o servir alimentos, y después de ir al baño.
  • Mantener limpios los ambientes de la cocina.
  • Asegurarse del correcto funcionamiento y la higiene de los artefactos sanitarios (inodoro, bidet, lavatorio, etc.).
  • No utilizar los mismos elementos de limpieza para baños y cocinas.
  • Almacenar y eliminar los residuos sólidos en bolsas, resistentes al peso del contenido y perfectamente cerradas para evitar el contacto con moscas, cucarachas y otros insectos.
  • Evitar entrar en contacto con residuos y líquidos cloacales.
  • Lavar bien las frutas y verduras, principalmente las que se consumen crudas.
  • No consumir alimentos preparados en la calle o de dudosa procedencia.
  • No consumir pescados crudos. Los pescados bien hervidos o cocinados no contienen riesgos.
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