Rek lamenta desprestigio e ineficacia de la CIDH

Señalan que negativa de la CIDH a disponer medidas cautelares, demuestra un accionar político, aplicando un doble rasero y doble moral según su alineamiento a intereses políticos.
A tiempo de presentar una queja formal y protesta por el cierre a la solicitud de medidas cautelares para el dirigente cocalero, Cesar Apaza, por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la senadora por Creemos, Centa Rek, consideró que este organismo “se empeña en alinearse a los gobiernos criminales y corruptos que, como el de Bolivia, violan de forma sistemática los derechos humanos, favoreciéndolos al no otorgar tutela en casos que cumplen de forma evidente los requisitos establecidos en los reglamentos de esta instancia”.
“A pesar de la parcialidad de la CIDH, su desprestigiado rol y la ineficacia de sus actuaciones, continuaremos denunciando y ejerciendo nuestro derecho a defender derechos humanos por las vías y sistemas establecidos para así dejar constancia de la omisión y complicidad de este órgano internacional”, señaló la legisladora.
Asimismo, Rek recordó que la solitud de Medidas Cautelares en específico estuvo siendo “alimentada” de forma permanente enviando notas con información adicional y complementaria, un total de 18 notas adicionales, casi dos por mes; fueron enviados durante los últimos 10 meses, cumpliendo así con los requisitos del artículo 25 del Reglamento, para que proceda su otorgamiento; a pesar de ello, este Órgano Internacional no ha otorgado la tutela solicitada demostrando su accionar político, aplicando un doble rasero y doble moral según su alineamiento a interés político, desprestigiando y desnaturalizando su objetivo principal.
“No existe fundamento alguno que respalde el no otorgamiento de la cautelar porque durante los diez meses que estuvo abierto el trámite, fue actualizado de forma diligente y documentada con más de 18 notas de información adicional, se acudió a las reuniones convocadas; respondimos a las solicitudes de información y acreditamos el cumplimiento de los requisitos de gravedad, urgencia y daño irreparable ante el inminente riesgo de vida del señor Cesar Apaza, quien a pesar de haber sido víctima de torturas en su detención, haber sufrido un ACV y tener paralizado la mitad de su cuerpo, continúa indebidamente detenido, sin acceso a una atención médica de calidad y especialidad y hoy padece de nuevas enfermedades como consecuencia de la ampliación indefinida de su prisión preventiva y de las violaciones graves de sus derechos humanos”, señala en parte saliente una carta enviada por Rek a la Presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Margarette May Macaulay.
El pasado 18 de diciembre la CIDH informó a Rek, como peticionaria de la aplicación de medida cautelar, que esta organización ha decidido cerrar el expediente de la solicitud en tanto no se cumplen los requisitos del artículo 25 del Reglamento.
Al respecto, la legisladora señaló que llama poderosamente la atención que la CIDH reconozca la gravedad del estado de salud de Apaza, que pida que su familia lo cuide y visite; incluso cite precedentes relevantes que demandan que Apaza sea trasladado un hospital o concedan su libertad y aun así no se le otorgaron las medidas, lo que se torna en muy sospechoso. “La CIDH intenta envolvernos en su complicidad para maquillar su aberrada decisión, saben que a Apaza se le debiera otorgar las cautelares, pero como en los anteriores cierres (MC- 218-21Jeanine Añez, MC 1040-22 de Luis Fernando Camacho), han dejado en indefensión a estas víctimas ante los excesos del gobierno boliviano”, resaltó Rek.
“En un intento de brindar “algún beneficio” o alternativa en favor de Apaza, este órgano internacional en la cuestionada misiva, de forma soslayada sugiere a acudir al sistema de peticiones y casos, de tramitación menos ágil, cuya finalidad difiere del de las medidas cautelares, que debería ser eficaz para remediar situaciones urgentes y graves como las denunciadas. No obstante, a pesar de la parcialidad de la CIDH, su desprestigiado rol y la ineficacia de sus actuaciones, continuaremos denunciando y ejerciendo nuestro derecho a defender derechos humanos por las vías y sistemas establecidos para así dejar constancia de la omisión y complicidad de este Órgano Internacional. Las estadísticas también reflejarán esta omisión y su contribución con las dictaduras de la región”, concluye Rek en su carta a Macaulay.