Parte I
Observamos un año con un sostenido desequilibrio en el mercado cambiario del dólar, donde la demanda fue mayor que la oferta, al menos en el SFN, por causa de políticas monetarias poco acertadas implementadas por el BCB, como ser el tipo de cambio preferencial y la venta directa al público, los cuales fortalecieron el mercado negro de esta divisa, donde el dólar está siendo vendido a Bs 7,70 o más por unidad, dependiendo de varios factores, entre ellos la cantidad y de quién se compre.
La oferta de dólares en los bancos fue muy limitada, la venta es demasiada restringida al público en general e inclusive para sus propios clientes; por ejemplo, en uno de los bancos más importantes del país, solo pueden retirar $us 4.000 por día hasta un monto máximo total de $us 50.000. Lo que se observo es que al comienzo no había dólares en las entidades financieras, luego la venta fue muy irregular, ofreciendo series antiguas y desembolsos o ventas parciales, a pesar de que inclusive empresarios querían hacer retiro de sus depósitos; al no encontrar soluciones en los bancos, pues tuvieron que recurrir a un dólar más caro en el mercado negro, incrementando sus costos financieros.
Todo lo anterior, permitió que los ya existentes mercados paralelos o no oficiales crezcan mucho más, como el de los librecambistas y de diferente tipo de comerciantes de dólares; ellos absorbieron en parte la demanda por dólares del público, pero no lo suficiente, lo cual encareció durante este año más la divisa americana, donde el tipo de cambio oficial, solo quedó en el recuerdo.
Las comisiones son diversas, según el tipo de institución financiera, la cual puede ser fija o porcentual, por ejemplo, por $us 1.000 de transferencia interbancaria son Bs 10, además las comisiones en dólares dependen el tipo de operación que se ejecute; además a esto se suma que cualquier movimiento de fondos de una cuenta bancaria en dólares, sea retiro o deposito, se paga el ITF, que actualmente es del 0,3% hasta el 31 de diciembre de 2023. Debido a la crisis de escasez de dólares, varias entidades bancarias elevaron sus comisiones en moneda americana para frenar su demanda y su velocidad de circulación de la misma, encareciendo más la misma en términos financieros, empujando a los diferentes agentes económicos más al mercado informal.
La conveniencia depende de la necesidad, de hecho, al no haber muchos dólares en el SFN, en cantidad y oportunamente, muchos recurrieron a los diferentes mercados paralelos, donde su precio es más caro. Económicamente no conviene comprar ahí, por la posibilidad de dólares falsos o ilegales, además de con un mayor valor; sin embargo, en términos de negocios, inversiones o necesidades en esta moneda, no conviene esperar que los bancos te las proporcionen, porque el costo de oportunidad será elevado, por ello, no hay otro camino, por el momento, que el mercado negro.
La economía en su conjunto es la afectada, más allá que se diga que es una economía bolivianizada, la mayor parte de las transacciones financieras y comerciales importantes del país se hacen en dólares americanos, inclusive las privadas. Claro caso de los importadores nacionales, que necesitan gran cantidad de dólares, y dada la coyuntura compraron dólares del mercado informal, elevando sus costos y, por ende, los precios de venta final; de igual manera la industria nacional, que importa materia e insumos para su producción, compró dólares más caros, lo cual repercute también en mayores egresos, y al final de cuentas precios más elevados para el público consumidor, lo que no se refleja en las estadísticas de inflación.