“En nuestro medio, después de más de 15 años de un régimen populista, es grande la cantidad de casos de corrupción, mala gestión de autoridades de tendencia oficialista, dilapidación de recursos económicos, avasallamiento a parques nacionales, casos de narcotráfico en los que resultaron involucrados hasta jefes policiales, etc., etc.”, sostiene un rotativo, de alcance nacional, que puso el dedo, en la llaga (1).
Hechos que estigmatizaron, en el pasado mediato e inmediato, a los gobiernos populistas. En ese contexto se hallan insertas también la pobreza y extrema pobreza, que no fueron erradicadas ni mitigadas, durante los últimos 17 años. No obstante que hubo una bonanza económica que jamás fue vista en la historia. Producto, obviamente, del auge gasífero.
Gobernaron a título de los pobres, contra los ricos; de los marginados, contra los privilegiados, con una prédica izquierdista. En el trayecto diseminaron odio, regionalismo e intolerancia, a fin imponer sus designios político ideológicos. Pero, en la práctica, poco o nada hicieron, para vencer la pobreza, en un Estado denominado plurinacional. Prueba de ello es que los pobres en las últimas semanas pasearon por diferentes zonas de la sede de Gobierno. Desde el Prado, hasta la plaza Murillo, desde la terminal de buses, hasta la zona sur.
Niños, jóvenes y mayores, de ambos sexos, particularmente del área rural de Potosí, llegaron nuevamente a la ciudad de La Paz, en busca de solidaridad, en Navidad, celebración tan significativa para el mundo cristiano. Hicieron largas filas para obtener pequeños regalos y una taza de chocolate. Muchos estiraban la mano, pidiendo algunas monedas. Afligía ver, en esas condiciones degradantes, a esos compatriotas, engatusados por discursos oportunistas. Utilizados, como rebaños, en tiempos electorales. Embaucados, por políticos inescrupulosos. Y luego olvidados, como siempre. Indudablemente los populistas que amasaron fortunas, en nombre de ellos, desviaron la mirada, porque ahora son nuevos ricos. Porque ahora tienen otro círculo social, donde hacen ostentación y despilfarro. Se sirvieron de los pobres, jamás sirvieron a éstos.
“Siendo el primer productor de minerales a nivel nacional, Potosí se encuentra muy desprotegido por las leyes del sector. La corrupción está en su máxima expresión, las regalías son muy bajas y nuestros metales raros salen sin control ni beneficio para el país. Todo esto va en desmedro de que este departamento tenga mejores ingresos”, aseguró la presidenta del Comité Cívico Potosinista (Comcipo), Roxana Graz (2). Es intolerable que haya tanta pobreza, en una región exportadora de plata, zinc y plomo, como materias primas.
En suma: Potosí requiere un trato más justo, para solucionar sus problemas apremiantes.
NOTAS
(1) “Restricciones a la libertad de prensa”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 17 de noviembre de 2023.
(2) “Políticas estatales entregan el futuro de minería boliviana a manos privadas”. EL DIARIO, 3 de diciembre de 2023.