Sin duda, uno de los hechos más relevantes y preocupantes del año 2023 ha sido la deforestación de más de tres millones de hectáreas de bosques y pajonales en departamentos como Santa Cruz, Beni, norte de La Paz y Cochabamba, por incendios provocados principalmente en parques nacionales, por varios motivos, como el agronegocio, el tráfico de tierras o la explotación de recursos naturales de manera ilegal. Esta catástrofe ambiental, además, ha causado la muerte atroz de alrededor de seis millones de animales.
Sin embargo, expertos en ambientalismo, oportunamente alertaron sobre la destrucción de naturaleza que se preveía. En efecto, en 2017, la organización Mighty Earth, advertía que hasta el año 2025 “Bolivia deforestará cinco millones de bosques” y que esos espacios “serán utilizados para la siembra de soya”. Señaló también que la deforestación era permanente en zonas boscosas de Brasil y de Bolivia. Al respecto, desde el Instituto Boliviano de Investigación Forestal se dijo que “el bosque es visto como tierra inútil a la que se necesita dar uso”.
Como se advierte, a pesar de esa alerta ambiental, los gobiernos de turno poco hicieron para adoptar medidas de previsión o, por lo menos, elaborar planes de forestación en áreas sometidas a la destrucción. Por otra parte, si bien es necesario cultivar granos como soya, como alimento del ser humano y animales, no correspondería deforestar mediante la quema extensas áreas en valles, selvas y bosques, especialmente en el oriente del país. Tampoco es aceptable habilitar zonas por la fuerza para plantar coca que, al ser convertida en droga mediante elementos químicos, es un veneno mortal para la humanidad y deteriora la tierra.
Por ello, en vez de deforestar sitios con abundante vegetación para expandir las zonas de cultivo o para ganadería, o avasallar para traficar con tierras o incursionar en los parques nacionales para explotar sus recursos naturales y dejar sitios contaminados, es urgente declarar una pausa ecológica. También se podría pedir asesoramiento de países vecinos que están más adelantados en materia de conservación natural, donde se habla de recuperación de zonas degradadas para nuevas plantaciones, de ganadería de confinamiento, de usar más caña de azúcar y maíz para biocombustibles y de que se puede reemplazar el uso de mercurio en minería con gravimetría, para evitar la contaminación de ríos.
Lo cierto es que, mientras más sean los esfuerzos para la preservación de nuestros bosques y tierras aptas para la agricultura, más se velará por la conservación de especies vegetales y animales. Finalmente, es obligación de todos cuidar el sistema ecológico y garantizar la provisión de agua, tan importante para la vida en el planeta.
Deforestación de millones de hectáreas de bosques
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