viernes, julio 26, 2024
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Acerca de las “vacas sagradas”

Severo Cruz Selaez

Los que se consideran “vacas sagradas”, en nuestro medio, son intocables, pese a las torpezas y tropelías que cometieron en la actividad pública, en el pasado. Tienen todavía el descaro de amenazar a quienes los observan. Ello ha ocurrido, con mayor frecuencia, en una coyuntura democrática, destinada a restablecer la alternabilidad en el Gobierno. Pero aquellos no lo entienden de esa manera. Siguen enfrascados, en sus propósitos mezquinos, en recapturar el Poder, para medrar a costa del erario nacional.
En tiempos dictatoriales, esa figura era poco frecuente. Los uniformados se turnaban en del Poder a salto de mata, apremiados por la situación política adversa. Y se ignoraba, en muchos casos, del paradero de ellos. Quizá hubo uno que otro, que haya intentado emularlos. Pero, en la mayoría de las circunstancias, no se advertía esa situación.
Vacas sagradas que, en épocas de la bonanza económica, se alimentaron “a cuerpo de rey”. El Gas, que en su tiempo fue la materia prima más preciada del país, generó chorros de dólares, que llegaban con premura y sin problemas, desde mercados de consumo de la región. Y en grandes cantidades. Disfrutaron de esa divisa, hasta el hartazgo, durante aproximadamente 17 años. Hubo derroche y actualmente se ven en apuros, pues hoy los dólares escasean.
“Bolivia retrocedió, en los últimos años, en la producción de gas natural. De alcanzar a casi 60 millones de metros cúbicos día (MMmcd) en 2013, a la fecha no pasa los 37 MMmcd y la tendencia sigue a la baja a pesar de los anuncios oficiales de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos – YPFB” (*).
Las vacas sagradas han marcado, inclusive, su territorio, en desmedro de la unidad nacional. Prefieren terrenos donde resurgen los cocales y no así el austero altiplano boliviano. Zonas a donde no tienen acceso quienes no comulgaban con ellas. Asimismo, las personas que no reconocen su sigla y su color. Territorios controlados por sus adherentes, conocidos como los radicales, donde ni la autoridad puede ejercer su función específica. Ellos, en nombre de aquellas, han cometido, inclusive, arbitrariedades, que vulneraron los derechos humanos. Ultrajaron, a título de que vivían en territorios de las vacas sagradas, a sus propios congéneres. Los agredieron física y verbalmente, por cuyos hechos no se han pronunciado, que sepamos, los operadores de justicia.
Hay quienes las siguen ciegamente, creyendo que van a promover milagros. Pecan por incautos, porque hoy nadie hace milagros. Las vacas sagradas pisaron, sin consideración, a quienes pensaban diferente, para imponerse como gobierno. Manipularon los resultados electorales para aplicar sus objetivos político – ideológicos.
En suma: el pueblo boliviano debe discernir y evaluar la trayectoria política de las “vacas sagradas”. Y no entregarse a ciegas.

(*) “Argentina será una fuerte competencia para Bolivia”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 27 de diciembre de 2023.

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